Sí, todavía no superamos este conciertazo. El 20 de diciembre nos llegó el regalo de navidad adelantado a muchos y en la radio queríamos hacerle fe con esta memoria visual. Las puertas del Club Vértigo se abrieron para recibir una banda que ya es parte de una religión. Una donde no hay dogma, solo amor. Por eso les traemos esto, para que vivan una vez más esa comunión.
Señor Loop regresó al país para recordarnos porqué tenemos que escucharlos al menos una vez todos los meses (ojalá hasta más). No sé si se han tomado el tiempo para analizar las letras de estos maes, pero decir que son lecciones de vida se queda corto. La noche que nos regalaron estos músicos el viernes pasado hay que guardarla en los más profundo de nuestros corazones, pero también hay que documentarla así: con tantas imágenes como sea posible.
Lo más tuanis fue la serie de artistas nacionales que se unieron a la velada para hacerla aún más icónica. Primero le tocó a la banda Hijos.
Luego salió Magpie Jay a escena. Los nacionales deleitaron a su público con éxitos de todos sus álbumes y la gente (en serio) cantó todas sus canciones.
Cuando los panameños iniciaron su presentación todo mal se esfumó. Toda preocupación dejó de existir. La euforia y paz que se sintió en ese momento fue inexplicable, porque: ¿cómo se sienten esas dos cosas al mismo tiempo? No sé, pero así fue. Pregúntenle a quien quieran.
La banda empezó con esa canción que escuchamos cuando pusimos por primera ver el legendario Vikorg (2013). "Guarumo" nos anunció el inicio de una noche donde el calor o el frío no importaron. Todos y todas nos montamos en una ola y zarpamos sin ninguna preocupación hacia un viaje sensorial lleno de música, cantos, bailes, abrazos, suspiros y lagrimas. La experiencia de vivir un chivo de estos titanes es todo un privilegio.
El grupo presentó varias de sus nuevas piezas, pero también aprovechó para tocar algunos de sus mayores éxitos. Fue el combo completo. Me atrevería a decir que nadie se fue insatisfecho. Las sonrisas no sobraron y los aplausos fueron tantos como en ocasiones anteriores. En Costa Rica la música de Señor Loop se siente como si fuera propia, de nuestras calles y nuestras vivencias. Se siente cercana y, lo mejor de todo, es que la misma banda lo sabe.
Este lío placentero -como quisimos llamarlo- terminó con el regreso de uno de los mejores proyectos alternativos de la zona: Santos y Zurdo. Fue realmente hermoso volver a ver a estos músicos en escena.
Solo queda decir gracias y esperar por la próxima fecha en la que Loop vuelva al país (por favor). Vayan a buscar sus audífonos o el parlante que conectan al celular, pongan este playlist y recuerden el concierto, luego nos agradecen. ¡Wegala!
Credits:
Steven González (@stvn_go)