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TIRO DE GRACIA

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS

En su primer año de gobierno, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador puso a México en gran peligro, por su inacción y complicidad con los Carles del narcotráfico, a los que además de no castigar, les entregó el país desapareciendo a la Policía Federal y creando una Guardia Nacional débil e impreparada, sometida y humillada al crimen organizado, incrementando la inseguridad, al grado que Donald Trump insiste en calificar a los narcotraficantes de terroristas, para entrar a exterminarlos y destruir el país, como lo hicieron sus antecesores en Medio Oriente.

López Obrador desestima el peligro en que puso a México por las amenazas de Trump y cree que es suficiente decir que no permitirá que se viole la autonomía del país.

Debe actuar contra el crimen organizado. Es su obligación. Representa al Estado, es el comandante de las fuerzas armadas, pero las ha desarmado a favor del crimen organizado.

Quiere hacer lo mismo que el caído cocalero de Bolivia, Evo Morales, quien le dio una patada a la DEA, para que no interviniera en los asuntos internos de aquel país, referente a la siembra, producción y venta de Coca.

Pero el asunto en México es diferente, porque Estados Unidos es el vecino inmediato y el mayor socio comercial del país.

Son innumerables los intereses comunes que los unen, empezando por su cercanía geográfica, por lo que, si Estados Unidos llegara a atacar a México, sería como darse un tiro en el pie, porque se provocaría una guerra intestina en su propio país, habitado por millones de mexicanos, que indudablemente, de una u otra forma, saldrían en defensa de su patria.

Además, la comunidad internacional y muchos congresistas americanos no lo permitirán, precisamente por los intereses económicos que tienen con México.

Sólo esto podría salvar a México de las tonteras y perversidades del presidente mexicano, que ya es visto como un narco presidente, cuyo falso discurso de “amor y paz”,” abrazos y no balazos” encamina a los mexicanos al tiro de gracia.

Encuestas de algunos medios periodísticos coincidieron en que la aprobación de López Obrador cayó de 6 a 7 puntos en noviembre, luego de que soltara a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán, preso a cadena perpetua en Estados Unidos, así como por la masacre de la familia LeBaron.

Don Mario Salazar es uno de los 30 millones de personas que votaron por AMLO.

El, al igual que los otros votantes estaba convencido de que López Obrador era el mecías que México esperaba. Le defendía a capa y espada, perdió amistades que no estaban de acuerdo con su política.

Pero ahora, igual que muchos de sus votantes, dice estar muy desilusionado:

“El ofreció un cambio, y sí lo ha dado, pero en reversa. ¿Qué es eso, señor presidente de apoyar a los narcos?, ¿Qué pasa con usted, dijo que nos sacaría de pobres y estamos peor?, ¡ahora resulta que usted es el presidente de los narcos, que vergüenza me da haber votado por usted!...

Así como Don Mario, son miles las voces de mexicanos que votaron por AMLO que le reclama su traición a la Patria y su falta de cumplimiento a lo más elemental: la seguridad del pueblo y su estabilidad económica.

En un recorrido por carreteras de México, durante nueve horas de la Ciudad de México hasta Zacatecas, RM constató que no hay policías en todo ese trayecto.

Los conductores y viajantes están expuestos a todos los peligros, como ocurrió con la familia de los LeBaron en Chihuahua.

Pero no sólo en aquel estado no hay vigilancia, sino también en Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco y Zacatecas.

Sus carreteras no son patrulladas. No se ve un solo policía.

Los tráileres cargados de mercancías indefinidas transitan libremente de un estado a otro. Nadie los detiene.

Entre esos peligrosos estados sólo se observaron 11 policías en las casetas de cobro: cuatro en Querétaro; tres en Aguascalientes, dos en Guanajuato, ninguno en Jalisco y 2 en Zacatecas.

En Jalisco a la orilla de las carreteras se ven a simple vista negocios incendiados y abandonados.

Los pueblos están aislados, por eso no es raro que a sus orillas haya cementerios clandestinos del crimen organizado.

La inseguridad no es el único pendiente que tiene el presidente López Obrador, también ha fallado en economía y de seguir con su política asistencialista a los más pobres, golpeando a los ricos, lo único que logrará es consolidar el empobrecimiento de México.

López Obrador no es un estadista no sabe generar riqueza; sólo sabe copiar recetas de populismo y las copia mal.

México no puede ser un país populista, como lo fue Bolivia, por ejemplo, cuyo expresidente Morales llevó a su país a una crisis política y económica grave, al enfrentarse a Estados Unidos y a la Prensa, que finalmente le pasan la factura.

López Obrador lo asilo poniendo en riesgo la estabilidad mexicana, porque Evo Morales es enemigo de Estados Unidos, y Trump sabe que “ese fantástico hombre”, como le dijo alguna vez a López, es una copia chafa del izquierdismo.

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Elvia Andrade Barajas