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Joanie Lemercier. Paisajes de luz Claves para navegar por la exposición

Joanie Lemercier. Paisajes de luz es la primera exposición individual de este artista francés en España. La obra de Lemercier (Rennes, 1982) se centra en la experimentación con nuestra percepción utilizando luz proyectada. Tras unos años trabajando como videojockey, lo que le llevó a cofundar el colectivo AntiVJ, Lemercier comenzó a realizar instalaciones artísticas. En 2013 fundó su propio estudio creativo, Studio Joanie Lemercier, actualmente dirigido por Juliette Bibasse, comisaria de la exposición.

Joanie Lemercier. Paisajes de luz propone un recorrido por el universo creativo del artista a través de siete instalaciones audiovisuales en las que se combinan la programación creativa y el videomapping, con la búsqueda de una visión poética y sublime de la naturaleza que inspire la concienciación y acción ecologista.

Joanie Lemercier. Edges, 2020-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.

EDGES, 2020-2021

Creada específicamente para Joanie Lemercier. Paisajes de luz en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid, el artista utiliza en Edges (Aristas) la técnica del videomapping para proyectar formas geométricas minimalistas sobre una estructura arquitectónica muy sencilla. De esta manera, Lemercier moldea el espacio con la luz y va generando un paisaje abstracto que juega con nuestra percepción, poniendo de manifiesto la fragilidad de la realidad tal y como la percibimos.

«Estoy obsesionado con la luz. La tecnología nos permite manipular la luz de tal manera que podemos enviar un píxel a cientos de metros de distancia y tener un control preciso sobre sus propiedades, brillo y color, a muy altas frecuencias. Los proyectores de bajo coste nos dan millones de estos píxeles para jugar, una gran oportunidad para que los creativos y artistas utilicen la luz para modificar el espacio que nos rodea». Joanie Lemercier
Joanie Lemercier. Edges, 2020-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.
Joanie Lemercier. Montagne, cent quatorze mille polygones, 2016-2018 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.

MONTAGNE, CENT QUATORZE MILLE POLYGONES, 2016-2018

Montagne, cent quatorze mille polygones (Montaña, ciento catorce mil polígonos) es una pieza compuesta por una malla oscura de líneas y puntos impresa en papel y dispuesta sobre un muro sobre la que se proyectan animaciones mediante la técnica del videomapping. De esta manera, Lemercier simula un paisaje escarpado, poblado de montañas sobre las que proyecta luz. Los cambios lumínicos son continuos, pero apenas perceptibles, creando la sensación de un tiempo que se suspende y se estira al mismo tiempo. El resultado es una instalación contemplativa, silenciosa, capaz de recrear un escenario abrumador que consigue emocionar al espectador y hacerle sentir el placer de lo sublime gracias a la tecnología digital.

Joanie Lemercier. Eyjafjallajökull, 2010 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.

EYJAFJALLAJÖKULL, 2010

En la primavera de 2010, Joanie Lemercier tenía previsto realizar una residencia artística de tres semanas en el centro EMPAC de Nueva York. El día que iba a volar hacia allí, el volcán islandés Eyjafjallajökull entró en erupción, provocando el cierre del espacio aéreo en buena parte de Europa. Durante las dos semanas de retraso que sufrió su vuelo, Lemercier siguió atentamente, de manera casi obsesiva, toda noticia sobre el volcán. En esos días, cuenta el propio artista, se pasaba horas dibujando su silueta y estudiando la erupción. Cuando, por fin, consiguió llegar a Nueva York, dicha obsesión se tradujo en inspiración, convirtiendo al volcán en el elemento central de la instalación planteada para la residencia artística. Eyjafjallajökull se convirtió así en el primero de la serie de los volcanes de Joanie Lemercier, para su creación utilizó técnicas de computación gráfica como el ruido Perlin o la oclusión ambiental. La composición sonora que acompaña la pieza está firmada por Paul Jebanasam y Robert Henke, dos músicos experimentales que colaboran regularmente con el artista.

Joanie Lemercier. Fuji (不死), 2014 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.

FUJI (不死), 2014

Cuando Joanie Lemercier llegó a Takamatsu, Japón, para hacer una residencia artística y presentar Eyjafjallajökull, la primera obra de su serie centrada en volcanes, se dio cuenta de que tenía mucho más sentido crear una nueva pieza en torno al monte Fuji, uno de los símbolos más importantes del país nipón. El propio artista cuenta cómo la cercanía del monte Fuji, que llegó a escalar durante su estancia, aunque sin llegar a alcanzar una cima velada por la niebla que la hacía parecer «inalcanzable y casi irreal», le inspiró para crear esta obra.

En Fuji, Lemercier proyecta luz sobre un paisaje dibujado a mano: el monte Fuji al fondo, esbozado con trazos que se funden con el horizonte, tras un bosque de bambú que hace referencia al bosque de Aokigahara o «mar de árboles» ubicado en la base del monte. Ese bosque, plagado de seres sobrenaturales según la mitología japonesa, sirve a Lemercier para crear su propia versión abstracta de El cuento del cortador de bambú, la leyenda japonesa del siglo X que dio nombre al monte y que trata de la bella princesa Kaguya, que un día surgió misteriosamente de entre unos tallos de bambú.

El músico experimental Paul Jebanasam, que trabaja de manera habitual con Lemercier, firma la banda sonora de esta instalación.

Joanie Lemercier. Paysages Possibles, 2016-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.

PAYSAGES POSSIBLES, 2016-2021

Paysages Possibles (Paisajes posibles) es el resultado de la colaboración entre el ser humano y la máquina en el proceso creativo. Inspirado por la obra de la pionera artista digital Vera Molnar, Lemercier se decide a utilizar un plóter, un tipo de impresora que usa una pluma en vez de un tóner para generar el dibujo, lo que le permite realizar líneas continuas y, además, conseguir imágenes de gran tamaño. La máquina, controlada por un ordenador, actúa como una extensión del brazo del artista, dibujando de manera precisa según el código informático escrito por Lemercier. A pesar de su naturaleza mecánica, durante el proceso de impresión se producen pequeños fallos, impredecibles y a veces imperceptibles, pero que hacen que cada dibujo sea único. Además, Lemercier aprovecha la lentitud del ritmo de impresión del plóter —se necesitan muchas horas para terminar un dibujo con esta técnica— para establecer un paralelismo entre la creación de estas obras y el largo proceso de nacimiento de las montañas. Poco a poco, los dibujos del plóter, como curvas de nivel de un mapa topográfico, van creando paisajes montañosos únicos que fascinan al espectador.

Joanie Lemercier. Paysages Possibles, 2016-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.
Joanie Lemercier. The Hambach Forest and the Technological Sublime, 2019-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.

THE HAMBACH FOREST AND THE TECHNOLOGICAL SUBLIME, 2019-2021

The Hambach Forest and the Technological Sublime (El bosque de Hambach y lo Sublime Tecnológico) es una instalación audiovisual que Joanie Lemercier dedica a una de las mayores minas de carbón de Europa, responsable de la emisión de cien millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera cada año. Esta mina a cielo abierto, ubicada en los alrededores de Colonia, Alemania, y explotada desde hace más de cuarenta años, ha arrasado ya el 90% del bosque de Hambach, un lugar con un valor medioambiental incalculable que alberga árboles de más de doce mil años de antigüedad.

En 2019, la preocupación de Joanie Lemercier por la causa ecologista se convirtió en uno de los ejes de su producción artística. Ese año, Lemercier descubrió la existencia de la mina y se dispuso a visitarla personalmente. Impactado por la magnitud de destrucción de la zona, decidió dedicar una obra a documentar la situación. La pieza está compuesta por cuatro instalaciones: Here once stood a forest (Aquí hubo una vez un bosque), Slow violence (Violencia lenta), Point clouds (Nubes de puntos), y With action, comes hope (Con la acción viene la esperanza).

Joanie Lemercier. Here once stood a forest. The Hambach Forest and the Technological Sublime, 2019-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.
Joanie Lemercier. Slow violence. The Hambach Forest and the Technological Sublime, 2019-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.
Joanie Lemercier. Point clouds. The Hambach Forest and the Technological Sublime, 2019-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.
Joanie Lemercier. With action, comes hope. The Hambach Forest and the Technological Sublime, 2019-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.
«Estoy en el estudio, desgarrado por muchas emociones: trabajando en una pieza de inmersión tranquila y contemplativa que resalta la intrincada belleza de la hierba, el suelo, los árboles y las flores del bosque de Hambach, al borde de la mayor mina de carbón de Europa y siguiendo los continuos bloqueos y protestas». Joanie Lemercier
Joanie Lemercier. Desirable Futures, 2020-2021 © Joanie Lemercier. Paisajes de luz. Espacio Fundación Telefónica, 2021.

DESIRABLE FUTURES, 2020-2021

En Desirable Futures (Futuros deseables), Joanie Lemercier comparte sus experimentos e investigaciones más recientes en torno a la colapsología, el artivismo o la descarbonización, temas interconectados y vinculados todos ellos a la crisis ambiental, uno de los ejes centrales sobre los que gira su producción artística en los últimos años. Esta pieza se concibe como un espacio de meditación, como una forma de involucrar a los visitantes en una conversación, para reflexionar y debatir sobre el papel y la importancia de los nuevos imaginarios, el arte y la tecnología en la crisis climática que vivimos, e imaginar futuros posibles.

«Cuando era pequeño estaba decidido a proteger siempre la naturaleza, a enfrentarme a las ‘malas personas’, a salvar bosques, animales, y lo natural. Según crecía, mis convicciones fueron desapareciendo lentamente, y tengo la sensación de que no he hecho realmente nada. En 2019, decidí tomar cartas en el asunto y dedicar una importante cantidad de tiempo y esfuerzo a la causa medioambiental». Joanie Lemercier
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