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CEAV SUSPENDE AYUDA A REPORTEROS DESPLAZADOS POR LA VIOLENCIA

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS

CIUDAD DE MEXICO, Estados Unidos Mexicanos, 18 de octubre de 2020.- Luis Abraham Martínez Huerta es un periodista desplazado por la narcoviolencia que se vive en el violento estado de Guerrero. En 2018 fue acogido por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), uno de los 109 fideicomisos en vías de desaparecer, pero pese a que el Senado de la República aún no aprueba su extinción y a que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no se retiraran los apoyos a las víctimas, a él ya se le quitaron las medidas de ayuda para enfermedad y convalecencia, abandonándolo a su suerte, enfermo, sin dinero para medicamentos ni para comer y a otros comunicadores los están regresando a sus tierras natales donde fueron amenazados de muerte.

El Golpeador del Sur, mote de Luis Abraham, reportero de la fuente policiaca, relata que a él lo inscribieron como víctima de la violencia contra la libertad de expresión a consecuencia de las múltiples amenazas, atentados, torturas y balaceras que sufrió por órdenes de los alcaldes de Acapulco, Jesús Evodio Velázquez Aguirre; el de Tecoanapa, de la Costa Chica de Guerrero, René Morales Leyva y el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo .

El es reportero de la fuente policiaca y le tocaba informar sobre todos los hechos violentos y sangrientos en Guerrero.

Aún está en un Refugio del Mecanismo de protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas, instancia federal, adscrita a la Secretaría de Gobernación, que tiene la misión de proteger a personas defensoras de derechos humanos y periodistas que sufren agresiones con motivo de su labor.

Mecanismo de protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas es otro de los fideicomisos que busca extinguir el presidente de México, so pretexto de que son manejados corruptamente.

Sin embargo, ante el cuestionamiento de que el dinero de los fideicomisos lo quiere para manejarlo a su capricho, dejando en la indefensión a miles de personas vulnerables, López Obrador garantiza que los apoyos económicos no dejaran de darse, ya que el gobierno federal se hará cargo de esos gastos, supuestamente para demostrar cómo se deben manejar con honestidad los dineros del pueblo.

Pero, los recortes ya empezaron.

Luis Abraham asegura que a él no le han pagado desde mayo y apenas le enviaron un WhatsApp en el que María de los Angeles Hace, directora general de la CEAV, le informó que le retiraban el apoyo con un escueto mensaje:

“Hola, entiendo que ya le informaron que derivado de que se declinó la competencia de fgr a la competencia local, ya no es posible que nosotros sigamos brindado atención”.

“El Golpeador del Sur” dice que no fue informado de esto ni por la Fiscalía ni la CEAV, que alega crisis económica para continuar con las medidas de apoyo que ha reducido significativamente de acuerdo con el Decreto de Austeridad que deberán observar las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, publicado el 23 de abril de 2020 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), que frena sus actividades esenciales y paralizará su funcionamiento (https://www.gob.mx/ceav/prensa/decreto-de-austeridad-paralizara-funcionamiento-de-la-ceav)

Empero, María de los Angeles que asegura dirigir un organismo en crisis cobra un sueldo neto de 95 mil pesos, 16 mil pesos menos que el presidente de la República, por lo que es insensible a la tragedia que viven las víctimas a las que debe defender.

“A los periodistas desplazados que no les pagan como a mi y mi familia, los están regresando a su lugar de origen, Veracruz, Villahermosa, Cuernavaca, Sinaloa, Tijuana o de donde salimos huyendo pero a mí no me han dado ni un documento ni la fiscalía ni atención a víctimas” comentó el reportero que vive una encrucijada por informar los hechos violentos en Guerrero.

Relata:

“El 12 de abril de 2016, los escoltas del alcalde de Acapulco, Jesús Evodio Velázquez Aguirre, me golpearon sin ningún motivo en las oficinas de la Presidencia Municipal. Esa mañana al llegar al Ayuntamiento en la entrada me encontré al presidente municipal. Al verme se me acercó y me reclamó:

“Me estás pegando, gordito, me estás pegando”, me dijo.

“Yo lo único que hago es publicar las cifras, de las estadísticas ahí están, yo no estoy inventando nada”, le dije.

“Antes en 2007, había experimentado una primera agresión cuando me privaron de la libertad mientras viajaba en un transporte público.

“Las lesiones que me hicieron los escoltas de Evodio Velázquez Aguirre, de fracción perredista provocaron que se me reabriera la herida del primer atentado que tuve en esta región guerrerense, en un presunto intento de asalto que había sucedido semanas atrás, el cual me dejó secuelas graves ya que me hirieron con arma blanca en el pecho tres cicatrices pegadas al corazón muestran las huellas de este ataque no esclarecido.

“De este caso la Comisión Estatal de Derechos Humanos del estado tomó documentación puntual.

El levantón que allanó el camino al desplazo

“Dos años después, la noche del 21 de abril de 2018 en plena Costera Miguel Alemán varios hombres armados interceptaron el taxi colectivo en el que viajaba para bajarme a golpes de la unidad.

Todo sucedió como en cámara lenta. Los sujetos me subieron a una camioneta Suburban en medio de una golpiza y me llevaron a la periferia de la ciudad, aunque al principio no supe hacia dónde nos dirigíamos.

“Entre amenazas de muerte, golpes con la cacha de las armas y una bolsa de plástico que me colocaron sobre la cabeza, con toques eléctricos en los testículos, me trasladaron rumbo a la Escénica, pero llamadas insistentes a mi celular les indicó que ya había alcanzado a dar aviso de la situación a mis compañeros, lo que finalmente obligó a los desconocidos a soltarme pues revisaron mi teléfono.

“Me arrojaron de la camioneta sobre la carretera, todo aturdido y maltrecho por los golpes. Me invadía el terror, pues rápido me di cuenta de que lo que acababa de vivir era un levantón, de esos que muchas veces termina con la muerte de la víctima.

“Como pude abordé otro taxi que me dejó en la Glorieta Puerto Marqués, y enseguida abordé una Urban con rumbo al Mundo Imperial donde pasó taxista de confianza que me llevó a mi domicilio todo golpeado.

“Estuve escondido durante varios días, presa del pánico, sin atreverme a salir por miedo de ser objetivo de otro ataque. No pude identificar a ninguno de mis captores. Lo único que había visto fueron las armas de fuego que traìan los sujetos que me bajaron a golpes del taxi colectivo. Todo frente al chofer y otros pasajeros.

“Estos hechos están asentados en la carpeta de investigación penal 12030310100479140518 que interpuse ante la Fiscalía General del Estado, con sede en el puerto de Acapulco de la tercera agencia de Costa Azul, que a la fecha esta sin avances.

“Siempre recuerdo los gritos ordenándome que agachara la cabeza a las rodillas y la sensación de la bolsa de plástico asfixiándome.

“Después de un mes de que mi esposa me curara con remedios caseros y con el apoyo de compañeros y amigos, opté por irme a la Costa Chica. No quería salir, pero un amigo me dijo que le echara ganas y me ayudarían a sacar un periódico. Ese nuevo proyecto se llamó La Neta El Costeño.

Un nuevo atentado

“El 19 de mayo, el alcalde de Tecoanapa, de la Costa Chica de Guerrero, René Morales Leyva, acompañado de sus guaruras se encargaron de dispararnos cuando Remberto Valdez Reycen, reportero del portal Últimas Noticias, José Bustos Valdez y yo volvíamos de cubrir un acto de campaña en la comunidad de Las Mesas, municipio de San Marcos.

“Nos topamos al presidente de Tacoanapa, quien se encontraba en una tienda comprando cervezas. Un poco después vimos que la unidad del alcalde nos seguía y nos tiraron balazos y nos hirieron amenazándonos de muerte. Logramos escapar y refugiarnos en el pueblo de Anáhuac, donde policías comunitarios (ciudadanos de la UPOEG), nos auxiliaron y protegieron.

“De regreso a Las Mesas, acompañados ya por militares, y policías estatales hicimos una transmisión en vivo por Facebook Live https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=314882396327645&id=100034176601004, la cual puede verse en el portal Últimas Noticias. Ahí se desvaneció mi proyecto, mi nuevo sueño editorial de un periódico. Esa misma noche mis colegas y yo interpusimos denuncia de una carpeta de investigación que tampoco tiene avances ante la Fiscalía del Estado de Guerrero.

“El lunes 28 de mayo, de nueva cuenta ahora los guardaespaldas del gobernador Héctor Astudillo me amenazaron y golpearon mientras esperaba afuera de una sala de la Promotora Turística (ProTur) en donde se daba una conferencia de prensa, a donde acudí persuadido por otro reportero según amigo mío que me invitó. y me entregó como judas

“Fue la gota que derramó el vaso. A partir de aquí me propuse salir de Guerrero para proteger mi vida.

“Al probar los atentados la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y la Secretaria de Gobernación Federal me sacaron de Guerrero y me instalaron en un hotel que se convirtió en un purgatorio en la Ciudad de México, alejado de mi familia y dependiendo de la ayuda de organismos de protección para poder sobrevivir.

“Pero ahora me han retirado las medidas de ayuda para enfermedad y convalecencia sin una justificación, ya que se supone existe presupuesto para pagarlas y además aun no desaparecen los fideicomisos porque el Senado de la República aún ”, explicó.

Por su parte, el Club de Periodistas de Guerrero, A.C., y sus delegaciones en las regiones Acapulco, Costa Chica, Costa Grande, Montaña, Norte, Tierra Caliente y Centro. El Frente de Periodistas de Guerrero, Juan R. Escudero (FREPEG) y la Asociación de periodistas de medios digitales, Joseph Pulitzer.

Condenan los crímenes de los periodistas:

Francisco Pacheco, asesinado en abril de 2016 en la ciudad de Taxco; Cecilio Pineda, en Ciudad Altamirano, en marzo de 2017; Pamela Montenegro, en Acapulco en febrero de 2018; Gabriel Soriano, en Acapulco en octubre de 2018; Edgar Alberto Nava López, en Zihuatanejo en agosto de 2019; Erick Castillo Sánchez, en Acapulco en septiembre de 2019; Víctor Fernando Álvarez Chávez, en Acapulco el 1 de abril de 2020 y, ahora, Pablo Morrugares Parraguirre, el domingo 2 de agosto de 2020 en Iguala.

La agresión a balazos en contra de edificios de periódicos de Iguala de la Independencia, tan sólo a unos cuantos días del asesinato del compañero Morrugarres.

Todos estos crímenes han ocurrido en un solo estado en los ùltimos cuatro años y siguen impunes.