ATRACTIVOS TURÍSTICOS DE LA ZONA DEL ANGOSTO EN VILLA MONTES
El angosto o Cañón del Pilcomayo
Este sitio es quizás el más conocido de la ruta Villa Montes - Tarija, por el impacto que causan las milenarias rocas talladas por el viento que se encuentran al lado de un angosto camino carretero (camino de cornisa) por el que solo puede transitar un vehículo a la vez, para evitar caer al precipicio en cuyo fondo divisamos el caudaloso y majestuoso río Pilcomayo.
La Ruta del Angosto, se caracteriza por las espectaculares vistas que se pueden apreciar durante el recorrido, a través de diversos miradores y la imponencia de las rocas talladas por miles de años por el viento y el agua, donde recorremos un camino de cornisa angosto e impactante.
Puntos de interés en la Ruta
Aguas Calientes
El mirador de la cueva del Surubí
Este punto en la ruta, se caracteriza por ser una parte del río con aguas tranquilas y profundas, que abarcan alrededor de 1 kilómetro de extensión. En esta zona, los peces que migran contra corriente, tanto sábalos, seguidos por dorados, surubíes y otros, se encuentran con este primer pozo, al cual eligen como hábitat por sus características. Es un lugar muy rocoso con cuevas profundas.
Algo destacado de este punto, es que presenta también varias vertientes de aguas termales, eso hace que la temperatura del agua en este sector sea diferente, especialmente en invierno, haciendo la temperatura más aceptable para los peces. Aquí veremos también a los pescadores en su actividad en las épocas en que está permitida la pesca, la cual comprende los meses de mayo a julio, ya que en el Pilcomayo esta práctica se viene realizando de manera comercial desde hace muchos años.
La aguada del loro
Hace años atrás, este lugar era una referencia para la pesca deportiva. Se denomina así porque antes había un pequeño arroyo por donde bajaba el agua y en las tardes, a las 4 o 5, en la roca alta se podía ver una sábana verde de loros que iban a tomar agua. Aun hoy en época húmeda se puede apreciar una caída de agua en el lugar.
El Pibe
También conocido como el kilómetro 9 por la distancia que lo separa de Villa Montes, este lugar fue uno de los primeros en albergar turistas. El pibe era el sobrenombre que le pusieron a don Eudal Tárraga, que vivía en ese sector y, debido a la afluencia de turistas argentinos que venían, construyó un restaurante y un par de piezas para hospedarlos, además de un camping donde los visitantes se quedaban a hacer pesca deportiva con caña. En los años 60, cuando no existían muchas opciones de hospedaje en Villa Montes, El Pibe fue un lugar estratégico para recibir a los turistas; fueron ellos justamente quienes le pusieron este sobrenombre a don Eudal, quedando luego en la posteridad como uno de los puntos de este recorrido.
Mirador Volcán Plomo
En algún momento en los años 80, se empezó a deslizar el cerro, dando la impresión de un volcán que erosionaba la tierra por el color plomo de la misma. Ahora este mirador está estabilizado y no hay más deslizamientos, pero el nombre perdura hasta el día de hoy. Desde este lugar se tienen una vista espectacular del río que bordea una península de bosque.
Chorro Grande
Este sitio era el lugar de pesca más grande de la zona, donde se practicaba esta actividad desde el año 1946. En esos años la pesca era lo que sostenía la economía de Villa Montes, por lo que existía un sindicato de pescadores muy bien organizados que comercializaban harina de pescado a Santa Cruz.
El chorro grande se caracterizaba por tener un tramo de corriente muy fuerte, que abarcaba de 100 a 150 metros de flujo intenso, en cuyo final se formaba una caída de agua donde los peces se aglomeraban en la base y a orillas del río esperando tomar impulso para remontar el río; aprovechando esta oportunidad los pescadores los atrapaban con sus manos, sin la necesidad de alguna red u otro herramienta.
Antes de que acudieran estos pescadores, en la zona se encontraron vestigios de pueblos originarios, ya que se hallaron cerámicas, que denotan la permanencia en la zona, probablemente vinculada al tema de la pesca.
Chorro Chico
Por el Chorro Chico, a orillas del Pilcomayo, pasaba el camino de herradura antes de que existiera camino carretero, en este lugar existía un chorro de menor envergadura que el ya mencionado chorro grande, de ahí el nombre. . En la orilla de río se puede observar vestigios de la senda que se utilizaba antes de que existiera el camino carretero, y fue la ruta que transitaron también los franciscanos, quienes fundaron la misión de San Francisco Solano, hoy Villa Montes.
La Galería del Angosto
La Galería es la parte más angosta y emblemática del camino, donde se tiene una vista imponente del río, y se puede observar un farallón de roca que alberga una gran cantidad de loros y cotorras. Además, esta parte del camino se conserva de manera casi intacta desde su construcción en la época de la guerra del Chaco, en los años 30.
Cañón de la Juca
El Cañón de la Juca, se denominó así porque se cuenta que hasta los años 80 era común que los Jucos, como se denomina al Jucumari u oso de anteojos (Tremarctus ornatus), bajaran al río y habitaran esa zona, alimentándose de los peces, ya que es un cañón que bordea el río y es largo, de una distancia de unos 20 a 30 km, contando ambas orillas del río.
Relatan que en este sitio había una presión fuerte, porque el agua caía sobre unas piedras con potencia, entonces los sábalos, para poder migrar, tenían que saltar esas piedras y esa oportunidad era aprovechada por el Jucumari para alimentarse de pescado. Actualmente en el lugar sigue existiendo una cueca, la cual, cuentan, era el sitio de descanso del Jucumari luego de comer.
Puerta del infierno verde
Este lugar está representado por un pico de roca que se separa de la roca madre por un camino, simulando una puerta. El atractivo de este punto es la belleza del lugar y la formación de la roca que año a años se va esculpiendo por la erosión hídrica y eólica.
A lo largo de toda esta ruta, se pueden hacer varias actividades recreativas, desde caminatas, paseos en bicicleta, navegación en chalanas o pasar el río a través de una tirolesa, excursiones a cuevas, como así también degustar delicioso pescado al palo o a la mordaza al borde del río; para lo cual se tienen diferentes emprendimientos privados y cabañas que brindan estos servicios.