Estafas desde la cárcel EL ENCIERRO NO IMPIDE QUE LOS DELINCUENTES ENVIADOS A EL ABRA Y OTROS RECINTOS PENITENCIARIOS SIGAN HACIENDO DE LAS SUYAS. JUEGAN CON EL DOLOR AJENO Y PIDEN RECOMPENSAS A CAMBIO DE UNA SUPUESTA BUENA ACCIÓN, SE APROVECHAN DE LA INGENUIDAD Y BUENA FE DE LAS PERSONAS. LOS CONTROLES RESULTAN INSUFICIENTES E INCLUSO NEGLIGENTES.
La tarde del 4 de agosto, Antonieta (nombre ficticio) llegó a la ciudad de Cochabamba procedente de La Paz. En el viaje la acompañó Junior, un pequinés de cinco meses de edad al que llama “mi hijo”. En un momento de descuido, aquel día, Junior desapareció, desde entonces, Antonieta no ha parado de buscarlo; han transcurrido más de 40 días y sus ojos se llenan de lágrimas cuando cuenta la historia. “El animalito es enfermizo, es recontra humanizado, yo estoy sufriendo mucho hasta el día de hoy (se pone a llorar)", he ofrecido recompensa de trescientos dólares y una laptop.
La desesperación de encontrarlo le ha convertido en víctima de estafa. Ha recibido decenas de llamadas telefónicas fraudulentas con la idea de cobrar la recompensa. Incluso la contactaron desde la cárcel.
“Llamaron diciendo que una tía se encontró un perrito igual a Junior caminando por la Rotonda de Quintanilla, pero para tenerlo debía depositar dinero por Tigo Money y la supuesta tía me lo llevaría hasta un punto neutro en un auto blanco”, pero esa llamada provenía del penal, porque llegó a oír cómo nombraban por megáfono a los reos que recibían una llamada.
No cedió al pedido, pero la búsqueda de Junior continuará hasta tenerlo de regreso en casa. Su caso es muy parecido al de Germán y Magalí, una pareja de adultos mayores que también buscaban a su mascota, de nombre Tango, que consideraban como su hijo, pues llevaba más de 15 años con la familia.
El 25 de julio iniciaron una búsqueda incansable. La pareja recorrió todas las calles de la zona norte de Cochabamba pegando afiches y ofrecieron una recompensa de 4.000 bolivianos.
Al igual que Antonieta, la pareja recibió varias llamadas telefónicas. Todos querían cobrar la recompensa. “Un día, llamaron a mi esposa, pero no les dio mucha importancia. Luego, me llamaron a mí para decirme que habían hallado a mi perro y que se lo llevarían al campo si es que no hacía el depósito de la recompensa por Tigo Money”, dice el general retirado.
Sus años de servicio en las Fuerzas Armadas le enseñaron algunas técnicas que aplicó con el extorsionador, fingió su voz para aparentar ingenuidad y generar confianza con su interlocutor. Al día siguiente, el sujeto volvió a llamar y a presionar, por lo que Germán propuso una cita en un punto concurrido de la zona norte, y ante todo pronóstico, el estafador aceptó.
Imagen del ingreso a la cárcel de El Abra, momento de la requisa del personal policías a los visitantes.
Lo que el sujeto desconocía era que Germán había alertado a un teniente de la Policía amigo de la familia. El oficial le ayudó a rastrear la llamada y le reveló que la señal provenía de la cárcel de máxima seguridad de El Abra, pero no fue la única revelación, el extorsionador le dio un número de Cédula de Identidad para hacer el depósito, “número que pertenecía a un abogado”, según una verificación hecha por el Servicio General de Identificación Personal (Segip).
Al enterarse del caso de Antonieta, esto alerto a Germán para no caer en las estafas que se producen desde dentro del penal. Ambos identificaron al mismo número de teléfono y el modus operandi era igual; advertir que la mascota sería llevada al campo si no se pagaba la recompensa.
Denuncias desechadas pese a las amenazas
Antonieta recurrió a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Sacaba para denunciar el caso, pero fue desestimada. “Fui a sentar la denuncia, pero si no hay datos más concretos, la Policía tampoco puede hacer nada. A quién se va procesar, el número es falso, el nombre es falso… Por esa razón no hicieron valer mi denuncia”, se lamenta. Y cree también que le restaron valor “por el hecho de ser un animalito, incluso a pesar de las denuncias que le hicieron a ella.
En el caso de German, el teniente de la Policía fue a la cárcel de El Abra, localizó al extorsionador y el Gobernador del penal lo habría sancionado con un aislamiento de 24 horas. German tampoco sentó denuncia. “No es que yo tenga miedo, pero cuando uno lo tienen fichado podrían vengarse”, afirma.
Llamada de un estafador
Un estafador se hacía pasar por una persona de Santa Cruz de una empresa de vehículos, enviaba mensajes a sus victimas indicando que eran ganadoras de un vehículo, para obtener el mismo exigía que se le envíe códigos de tarjetas de recarga de crédito para celular, claramente su voz no pertenece a alguien de nuestro país, la víctima, un joven entre 17 a 20 años, recurrió a la F.E.L.C.C. para verificar la autenticidad, momento en el que pudimos grabar la llamada de manera exclusiva.
¿Extorsionadores en la cárcel?
El equipo de investigación visita la cárcel de El Abra, distante a 5 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, en el Municipio de Sacaba. Este penal es considerado el recinto penitenciario de mayor seguridad del departamento. Aquí son ingresados los reos de mayor peligrosidad.
El recinto tiene dos muros de seguridad, está vigilado por centinelas que hacen turnos de 24 horas. El número de reclusos varia de un día a otro. Unos entran, otros salen. Habitualmente bordea los 900 internos.
El Gobernador del penal lleva cuatro meses al mando. Se trata del teniente coronel, Gerson Heredia. La pregunta inevitable es: ¿Descubrió a reos extorsionadores? “Son dos casos detectados, precisamente vino personal de la FELCC, se procedió a las requisas y lastimosamente se constató que contaban con celulares”; confirma Heredia.
Uno de estos reclusos habría estafado al familiar de otro reo. Ahora es investigado por la vía ordinaria, pero paralelamente se le aplicó una sanción disciplinaria. Fue aislado por dos meses. Las sanciones disciplinarias van desde los 20 a los 90 días de aislamiento.
Pero, ¿Cómo logran ingresar un equipo celular al penal? Este es el único de los siete recintos penitenciarios de Cochabamba que tiene un scanner de objetos y alimentos y un equipo de Rayos X para personas.
Estos aparatos son de última tecnología y permiten detectar el ingreso de objetos y sustancias ilegales. Están instalados en la puerta de ingreso al penal. Más de una vez, se lograron detectar bebidas alcohólicas, sustancias controladas o celulares camuflados.
Como anécdota, relata uno de los policías encargados de la manipulación del scanner, que hace un tiempo una persona pretendió hacer ingresar un celular en medio de un plato de comida, pero el equipo lo detectó.
“Lastimosamente, no es la única área de ingreso de objetos, el garaje es un área bastante conflictiva porque ingresan aguateros, los alimentos para casi 900 internos y se dan una serie de modos para ingresar este tipo de cosas”; asegura el jefe policial.
Por el garaje se ingresa quintales de verduras, material de construcción, madera, fierro y el control es manual. Por ello, este punto es considerado por el propio Gobernador un lugar vulnerable, pese a que los policías hacen sus mejores esfuerzos para detectar lo ilegal, resalta.
En varias requisas sorpresivas, al interior de este penal se halló sustancias controladas, bebidas alcohólicas y cerca de diez celulares.
Según Heredia, hasta el momento, no se detectó la complicidad de policías en el ingreso ilegal de estos objetos, pero se mantiene la alerta. No quiere poner las manos al fuego por nadie. Como solución inmediata, contempla la incorporación del personal de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) o canes detectores que ayuden al control en la zona del garaje.
Las estafas virtuales, básicamente involucran cinco pasos para que se consideren como tal según señaló el My. Deter Chambi, Jefe de la división de Ciber crimen de la FELCC de El Alto:
- Una oferta llamativa que puede ser ofrecimiento de premios en las que la víctima no ha participado.
- Toma en cuenta a la víctima, que acepta recibir un premio inmediato (que es ofrecido) por el estafador, o acceder a las ofertas que le realizan.
- La presión que utilizan para persuadir.
- Se materializa las estafas virtuales a través de billeteras móviles, personas que hacen el depósito o realizan la transferencia económica.
- Generalmente los mensajes o las estafas virtuales salen de los centros penitenciarios.
Hay cabinas telefónicas para reos
Dentro del penal existen dos cabinas telefónicas que son utilizadas por los reclusos, pueden hacer llamadas a teléfonos fijos o a números de celulares. Son administrados por los propios reos. “Tienen dos cabinas bajo el criterio de no romper la relación que debe haber entre el interno y su familia. Parte de la readaptación del interno es evitar que se rompa esa relación entre el padre de familia y sus hijos, el padre de familia con su esposa. Y además están ante cualquier eventualidad”; explica Heredia.
¿Quién regula las llamadas?, le preguntamos. “Directamente las administran ellos. Eso sí, en caso de haber algún tipo de irregularidad nos hacen conocer y tomamos cartas en el asunto”; asegura. Existiría un registro de las llamadas que está a cargo de los delegados del penal.
UNA LEY SIN APLICAR
El 31 de Julio de 2012, se promulgó la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana "Para una vida segura". En el capítulo IV de Medidas de Prevención en el Artículo 48 regula la Comunicación en Recintos Penitenciarios.
Dicha norma establece que el Gobierno Nacional, diseñará e implementará mecanismos administrativos y operativos para instalar sistemas electrónicos para el bloqueo de telecomunicaciones, que eviten la comunicación entre internas e internos de recintos penitenciarios, con personas que se encuentran vinculadas con la presunta comisión de delitos.
Esta norma también establece que se instalará cabinas telefónicas públicas, en lugares adecuados al interior de los recintos penitenciarios, con el propósito de mantener la comunicación familiar y social de los internos y para coadyuvar a su defensa legal.
Han transcurrido nueve años desde la promulgación de está Ley y al momento no ha sido aplicado el bloqueo de señal dentro de los penales de Bolivia.
Otras estafas
Ángela, madre de cinco hijos, que vive en La Paz, cayó en manos de una empresa fantasma que la captó por las redes sociales, su desesperación fue tan grande que acudió a buscar alguna entidad que le pueda prestar dinero ya que tenía muchas deudas pendientes, además de restricciones en algunos bancos.
La supuesta empresa le ofreció 5.000 bolivianos a cambio de que ella pague unos “papeleos” para habilitar el desembolso. Ella se contactó con uno supuesto oficial de créditos mediante un número que pertenecía a una empresa telefónica boliviana.
Comenzaron por pedirle fotos de algunos requisitos: fotocopia de carnet, fotocopia de luz, agua y su dirección. Luego le solicitaron depositar Bs 500 para habilitar el desembolso del monto ofrecido y días después, le exigieron otros Bs 500. Ángela hizo ambos depósitos mediante una cuenta de Tigo Money.
Nunca más supo del supuesto oficial de crédito y el número no estaba registrado a ningún nombre, había sido habilitado tan sólo por cinco días en un equipo celular.
Su hija comenta que la mujer entró en desesperación y perdió el trabajo y amistades tras hacerse de muchas deudas. Jamás volvió a recuperar ese dinero.
En otro caso, Walter, quien reside en Argentina, denunció mediante su cuenta de Facebook que un tercero usaba su nombre para escribir a sus contactos diciendo que llegaba a Bolivia y que necesitaba dinero tras haber sido víctima de un robo.
Los mensajes eran enviados desde Bolivia, pero con un número internacional, lo que hace suponer que los delincuentes usan equipos robados y chips adquiridos en las fronteras.
Así, extorsiones, estafas y amenazas ponen en vilo a decenas de personas que caen en las redes de delincuentes o son blanco de ellos.
Nos preguntamos entonces cómo es que estas personas van consiguen fácilmente números extranjeros para poder embaucar a otras y decir que son familiares, amigos.
Ahora es más fácil conseguir un chip de alguna línea telefónica que pertenezca a territorio nacional, comprar en el mercado y utilizarlo de manera inmediata sin algún tipo de registro o tal vez también pueda ser utilizado en un móvil que fue robado, otra de las facilidades que tienen los dueños de lo ajeno es que el cruzar la frontera compran un chip y entran a territorio boliviano ya que no existe un control efectivo sobre las líneas telefónicas.
Aparentemente se debe registrar en un plazo de una semana los equipos móviles y las líneas telefónicas, pero qué pasa si en esos 5 días los dueños de lo ajeno hacen de las suyas y luego el chip es desechado ¿Dónde se encuentra el control, la coordinación que se debería tener entre las líneas telefónicas y la policía boliviana? ¿Cuántos casos se ha obtenido en las últimas horas de personas estafadas a quienes les ofrecen premios o les piden recargas para canjear otros premios o simplemente se hacen pasar por algún operador de una línea telefónica? Estas son interrogantes donde se denota una acefalía de leyes sobre controles coordinación.
Las víctimas caen vía redes sociales
Las víctimas de estafas, extorsiones y amenazas suelen caer a través de sus cuentas en redes sociales. Cada nuevo modus operandi aplicado por los delincuentes está pensado, precisamente, para llegar a la mayor cantidad de personas a través de las redes sociales, en especial Facebook e Instagram, y por medio de la aplicación WhatsApp.
Un investigador del Departamento de Análisis Criminal e Inteligencia (DACI) de Potosí, alertó que las personas que son blanco de este tipo de delitos suelen ser estudiadas en función de la información que publican en sus redes sociales, como nombre, datos de trabajo, información de familiares, fotografías que revelan datos relevantes, transmisiones en tiempo real o ubicaciones.
La gente que termina siendo timada es de diversa formación y nivel socioeconómico. Estos se dejan tentar por mensajes que ofertan premios, regalos u oportunidades de inversión y préstamo en condiciones no sujetas a la normativa boliviana. Y por lo general les piden hacer depósitos, recargas, transferencias o, por ejemplo, en el caso de los animales extraviados, pagar rescates.
De cada diez personas contactadas, siete caen, especialmente cuando el modus operandi que emplean los delincuentes es nuevo, indica el investigador del DACI.
Sin embargo, prácticamente nadie formaliza una denuncia y muy pocos de los casos conducen a una investigación. “Por lo general, según las quejas de los afectados, las extorsiones salen del interior de las cárceles y tienen como fin sacar dinero. Las amenazas se quedan ello, afortunadamente”, explica el efectivo.
En el último tiempo, el nuevo modus operandi tiene que ver con mensajes de texto que llegan vía Whatsapp, indicando que la línea será bloqueada y que, por tanto, deben introducir un código. Al hacerlo, explica el experto, los delincuentes hackean la cuenta y acceden a números de contacto y otros datos usados luego en su contra.
El DACI, sostiene en investigador, desarrolla operativos de oficio conforme los patrullajes que realiza la unidad de cibercrimen, en busca de información que ayude a detectar y detener a extorsionadores y estafadores.
AUTORES
- Jeisy Alanes Garcia
- Ninoska Tito Villegas
- Santos Chui Torrez
- Verónica Villafuerte Otondo
Credits:
Producción dentro del penal de Cantumarca para el grupo de investigación autor del artículo presentado