En México, el 60% de la explotación minera que se realiza es para obtener oro. El 70% del oro se extrae mediante la técnica de tajo a cielo abierto, que es la práctica más devastadora para los territorios.
Para obtener una onza de oro se utilizan 40 kg de explosivos, se consumen de 150 a 200 mil litros de agua y se emiten alrededor de 650 kg de CO2 a la atmósfera, junto con otros gases altamente tóxicos.
Así se ve la minería en México
Vista de la mina "Los Filos", complejo minero de la empresa Gold Corp Inc, donde se aprecian los impactos de la explotación minera a cielo abierto, la cual se encuentra a poca distancia de la comunidad de Carrizalillo, Guerrero.
En el 2007, en un hecho sin precedente, la comunidad de Carrizalillo cerró las operaciones de una de las grandes empresas mineras. Logró que el Tribunal Unitario Agrario emitiera una sentencia a su favor por la compra ilegal de tierras de uso común, consiguiendo así la restitución y pago de los daños de sus tierras. Obtuvieron también un mejor convenio por la renta de sus tierras, pasando de pesos a fijarse en onzas troy de oro por hectárea.
Durante la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM) muchas minas de tezontle y basalto operaron de forma ilegal para surtir de estos materiales a la obra iniciada por el ex presidente Enrique Peña Nieto. En la imagen se muestra una de las afectaciones en el cerro de El Tezoyo dónde los trabajos de minería dejaron en riesgo a muchos hogares de la comunidad de La Concepción en el municipio de Tezoyuca. Los pobladores también denuncian afectaciones en la salud, además de acoso y hostigamiento.
La extracción de materiales de esta mina se intensificó al iniciar la construcción del proyecto del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), lo cual tuvo impactos en más de 90 viviendas que sufrieron cuarteaduras y quedaron colindando con el tajo.
La foto muestra los aspectos de contaminación, devastación y gran daño ambiental después de la explotación minera clandestina, al fondo maquinaria en abandono en el municipio de San José Cloete, Coahuila.
Habitante del municipio San José Cloete con su cabra y su chivo en mano, atraviesa los tajos contaminados por la minería de carbón.
Aspectos de las viviendas que quedaron a las orillas de tajos mineros clandestinos, contaminados por la extracción de carbón.
Aspectos de una mina de extracción clandestina de carbón en San José Cloete, Coahuila.
La foto muestra la destrucción de paisajes y biodiversidad en la Sierra Madre Occidental ocasionada por la actividad minera.
La foto muestra otro aspecto de la destrucción de paisajes, flora, fauna y recursos naturales ocasionados por la minería en la Sierra Madre Occidental.
La foto muestra la extensión del territorio que puede ocupar la industria minera y sus residuos tóxicos.
La foto muestra el tajo a cielo abierto de la mina Pinos Altos, en donde se extrae oro. El proyecto se encuentra relativamente cerca del Área Natural Protegida de la Cascada de Basaseachi.
Es una de las minas más grandes del estado y posee tanto un tajo a cielo abierto y como excavaciones subterráneas. Es operada por la empresa de capital canadiense Agnico Eagle y está ubicada a aproximadamente 14 km de la cascada de Basaseachi en un ecosistema forestal de pino y encino de donde extraen oro y plata.
La técnica minera de tajo a cielo abierto remueve la superficie con explosivos para poder obtener los minerales. Se considera una de las técnicas industriales más destructivas que existen para los ecosistemas.
Foto capturada desde la ranchería Jesús del Monte, al horizonte se observa la mina a cielo abierto Crestón Mascota de Agnico Eagle.
La Mina de Crestón-Mascota inició operaciones en 2010 como proyecto satélite de la mina Pinos Altos, es también es operada por la compañía Agnico Eagle y aunque tenía planeada una vida útil de 10 años, continua en operaciones. La superficie total del proyecto, abarca un total de 206.41 hectáreas.
Las minas que rodean el Volcán Xaltepec, en San Miguel Zapotitla, Tláhuac, han sido atractivas por años para la extracción de material pétreo. Vecinas y vecinos de esa zona, comentan que tienen miedo de vivir en las faldas de los cerros, ya que, observan camiones de carga que entran y salen del lugar transportando tezontle, arcilla, arena, cantera, tepetate.
Por su parte, la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México afirma que la actividad minera de aprovechamiento o explotación "afecta al medio ambiente y genera un riesgo para la población, debido a que se erosionan los cerros y se remueve la tierra, misma que podría afectar a poblaciones cercanas".
Las colonias de la zona alrededor de la mina Santa Catarina han sido fuertemente afectadas por la explotación ilegal de arena y grava que son extraídas de las minas de la Sierra de Santa Catarina. Los vecinos han denunciado en varias ocasiones la erosión y el uso de explosivos que deterioran los volcanes y causan grandes tolvaneras en la región.
La compañía Cales y Morteros del Grijalva opera dentro de los márgenes territoriales del Parque Nacional Cañón del Sumidero, uno de los patrimonios naturales más importantes de Chiapas.
La empresa ha sido denunciada en repetidas ocasiones por la violación del derecho humano a un medio ambiente sano. De acuerdo a la Semarnat, las operaciones de Cales y Morteros del Grijalva generan de manera directa emisiones de gases a la atmósfera, polvo y gases de convulsión, producto del manejo de la piedra caliza.
Los vecinos, lugareños de la Rivera Cahuaré, han señalado que la Profepa ha implementado 20 procedimientos administrativos en contra de la empresa; detecta irregularidades, multa y sanciona, pero no retira la licencia. Así, el paisaje se encuentra destruido, la tierra erosionada y el suelo contaminado. Parece otro planeta.
La compañía Cales y Morteros del Grijalva ha deforestado 54 hectáreas de selva baja desde 1963, fecha en que inició operaciones.
La extracción de materiales pétreos que realiza la compañía a partir del uso de explosivos representa una seria amenaza de fractura sobre una de las paredes colindantes del Cañón del Sumidero. Pobladores de los alrededores han denunciado en diversas ocasiones la destrucción del ambiente, así como los padecimientos de salud como consecuencia de los residuos tóxicos que genera la compañía.
En 2002 se creó el Movimiento Salvemos el Cañón del Sumidero, el cual logró que la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitiera recomendaciones a la Secretaría de medio Ambiente y Recursos Naturales y al gobierno de Chiapas, sobre las omisiones incurridas que permiten a la compañía seguir operando en total impunidad.
La foto muestra la maquinaria utilizada para trasladar el carbón.
En mayo del 2020, propietarios de los terrenos donde opera esta compañía cerraron el acceso a las instalaciones por falta de pago de la renta de sus tierras. Un mes después, en junio del 2020, los trabajadores de la compañía también cerraron las instalaciones para exigir el pago de las utilidades correspondientes y la creación de un sindicato.
En la parte inferior se aprecian las ruinas reconstruidas de las estructuras y viviendas pertenecientes a la clase gobernante (lado izquierdo) y a la clase obrera (lado derecho) que evidencian la destrucción del paisaje.
La mina La Ojuela data de la época colonial. En 1890 la compañía Peñoles adquiere la mina donde actualmente explota plata, plomo y zinc. La región de Mapimí tiene un ecosistema semi-desértico con escasas lluvias, mientras que la minería consume anualmente de 150 a 200 mil litros de agua dulce, suficientes para proporcionar agua a una familia por un año
Un tajo a cielo abierto ha provocado la alteración del ecosistema local y trasplantación de la biodiversidad endémica. En la imagen se aprecia la abertura en los suelos y a un par de kilómetros de la misma, se localiza una montaña artificial con miles de toneladas de piedra inerte que fue demolida para extraerle los minerales.
Foto tomada a 500 metros de altura, deja ver la destrucción del Cerro de San Pedro, ícono del escudo de armas de San Luis Potosí, denota como la explotación por extraer oro y plata transformó de manera irreversible el entorno de la región.
La foto muestra las laderas de los cerros circundantes a la mina Media Luna, devastados por la acción minera.
La mina de Media Luna fue inaugurada en 2016 y tiene una concesión por 29,000 ha. La mayoría de sus trabajadores provienen de Chihuahua y Sonora por la experiencia minera que tienen. Se calcula que solo entre el 10% y 15% de los empleos que da la mina son ocupados por trabajadores de las comunidades aledañas.
Depósito de jales o residuos de la actividad minera de Cananea, considerado el más grande de los depósitos de jales en México. Los jales se exponen a las condiciones ambientales (iluminación, temperatura, viento, precipitación pluvial, entre otras) con el propósito de su estabilización química, evaporación de la fracción líquida, y concentración y sedimentación de los minerales de la fracción sólida. No obstante, la estabilidad de contención de estos depósitos puede llegar a verse comprometida bajo ciertas circunstancias, poniendo en peligro las comunidades humanas aledañas, ecosistemas y cuerpos de agua.
La foto muestra algunos de los vertidos de jales (lodos residuales de la actividad minera con desechos químicos potencialmente tóxicos y de minerales) directamente en un ecosistema natural del Desierto Sonorense.
En 2014, en una sentencia histórica, un Tribunal Unitario Agrario ordenó a Grupo Peñoles indemnizar a 72 socios del ejido El Bajío por el oro y plata extraídos de manera ilegal durante 16 años. El monto impuesto fue de 350 millones de dólares por utilizar ilegalmente sus terrenos para asentar los anexos de la mina La Herradura. Dicha sentencia fue ratificada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para 2018, la compañía de la mina La Herradura, seguía asentada en sus tierras extrayendo sus recursos naturales sin acatar la sentencia y sin compensar a la comunidad.
La foto muestra especies de plantas exóticas que fueron establecidas en vertederos de jales. La ausencia de vegetación natural refleja las características adversas de los jales asociadas a los desechos químicos y la oxidación de minerales. Solo especies exóticas como Nicotiana glauca, Typha sp. y Tamarix sp., que son bastante resistentes a esas condiciones, han sido capaces de resistir este ambiente.
La mina La Caridad se encuentra a 13 kilómetros de distancia de la localidad de Nacozari de García, la cual cuenta con alrededor de 12 mil habitantes.
En el 2016, se registró el derrame de 10 mil litros de ácido pertenecientes a la mina La Caridad, luego de la volcadura de un carro tanque. Se estima que Grupo México lleva alrededor de 22 siniestros con impactos ambientales, en la salud e incluso con pérdidas de vidas humanas.
La foto muestra el ecosistema del Desierto Sonorense en proceso de ser sepultado por lodos con desechos químicos potencialmente tóxicos junto con grandes cantidades de minerales de bajo valor económico, como resultados del proceso de la minería.
La foto muestra la alteración masiva del paisaje y orografía natural, así como las tolvaneras que lo cubren todo como resultado de la actividad minera.
La minería en la costa michoacana ha modificado el paisaje por casi 50 años, acabando así con el hábitat de muchas especies de flora y fauna, muchas de ellas prioritarias para la conservación, como es el caso del ocelote, el oso hormiguero y el loro cabeza amarilla.
Uno de los principales proyectos mineros en el estado es la mina Las Truchas Vista Hermosa que produce 10 mil toneladas de fierro al día.
En 2018, los ejidatarios de Playa Azul en Lázaro Cárdenas, le exigieron a la compañía cumplir con sus obligaciones respecto a los terrenos que ya no le eran productivos; entre esas obligaciones tenía que rendir cuentas sobre la reforestación y restauración de zonas devastadas.
La foto muestra la contaminación del aire producida por el complejo minero para la extracción de carbón en Coahuila.
A mediados del 2019, voceros de la compañía anunciaron que la Mina 5 o La Esmeralda, ubicada en Nueva Rosita, pronto cerraría debido a que se acercaba el fin de su vida útil. Con esto quedarían despedidos más de 600 trabajadores sindicalizados.
En el 2006, en la región de Nueva Rosita, 65 trabajadores mineros quedaron atrapados en la mina Pasta de Conchos, propiedad de Grupo México. Este lugar había sido reportado desde el año 2000 por sus malas condiciones de seguridad. A pesar de la indignación generalizada, la empresa decidió no rescatar los cuerpos de los trabajadores, que hasta la fecha continúan sepultados en los escombros. Esta tragedia tampoco llevó a que se le retirara a la empresa Grupo México la licencia de operación.
La foto muestra el entorno de alto riesgo en el que trabaja una persona en una mina subterránea de extracción de carbón.
La foto muestra la descarga de lodos con residuos químicos potencialmente tóxicos y con grandes cantidades de minerales de bajo valor económico sobre una extensa área del Desierto Sonorense.
La foto muestra diferentes maneras de afectación al medio ambiente por parte de la actividad minera: modificación del paisaje, alteración de flora y fauna, liberación de gases y humo al ambiente por procesos de combustión, y la alteración orográfica para la explotación de un yacimiento mineral.
La foto muestra la vista aérea de la mina Peñasquito.
La foto muestra la vista aérea de la presa de jale de la Mina Peñasquito, contigua a la comunidad vecina de Mesas.
La foto muestra otra perspectiva de la mina Peñasquito para poder dimensionar la magnitud de la destrucción ambiental.
La pérdida de vegetación, de suelo, de fauna y de recursos naturales ocasionada por la actividad minera, deja territorios y comunidades sumamente empobrecidas. La Foto muestra un acercamiento a la destrucción del terreno ocasionada por la mina Peñasquito.
La foto muestra una panorámica a 400 metros de altura del tajo a cielo abierto de la mina Peñasquito.
Convocantes de la Documentación colectiva: Así se ve la minería en México
Créditos
Edición y coordinación: Cecilia Navarro / Procesamiento y logística: Alynne Velázquez / Contenidos: Karol Hernández / Mapas: Alejandra Orozco / Diseño: Gerardo Suárez.
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