El éxodo de mexicanos ha bajado tanto que los “coyotes” están en crisis
Los centroamericanos cambiaron la forma de migrar. Ahora piden asilo
Los reciben de uno en uno. Los mandan a prisión. Puede aplicar o lo deportan
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
TIJUANA, Baja California, 29 de octubre de 2018.- “La violencia en un país no es razón para que Estados Unidos de asilo a un migrante, es más fácil que lo otorgue a un homosexual que sufre homofobia, que a los que vienen huyendo del crimen organizado, de los Maras o la violencia extrema en sus países”, aseguró Víctor Clark Alfaro, profesor en el Centro de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Estatal de San Diego California y director del Centro Binacional de Derechos Humanos en Tijuana.
A su vez el presidente norteamericano, Donald Trump, reiteró hoy una vez más que no entrarán a su país, a menos que lo hagan legalmente, por lo que pidió, a través de Twitter, a los migrantes que entraron ilegalmente por la frontera sur de México, que regresen a sus países.
En México, el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, coincidió con el presidente Trump en que en la caravana de migrantes que avanza hacia Estados Unidos “se han filtrado grupos criminales”, sin mencionar a los Mara Salvatrucha, contra las que alertó un joven hondureño que está en tránsito en un albergue de Tijuana.
El funcionario mexicano aseguró que algunos integrantes de la segunda y tercera caravana que entró a México este fin de semana, fabricaron bombas molotov para enfrentarse a la policía que pretendía replegarlos para que no entraran a México, por lo que cientos se arrojaron al río Suchiate, para continuar su travesía o regresar a Honduras.
En Estados Unidos ya los espera la policía fronteriza y la guardia nacional, que inició el operativo “Patriota Fiel”, con 5,200 militares americanos para vigilar la frontera con México, a través de helicópteros, por tierra y vigilancia nocturna remota.
Sin embargo, los migrantes siguen su caravana hacia Estados Unidos y han rechazado la ayuda que les brindó el gobierno del presidente mexicano Enrique Peña Nieto, respecto a acogerlos como refugiados, darles empleo, atención médica, escuela para sus hijos y por supuesto un lugar para vivir.
Pero, los migrantes aseguran que no quieren refugio ni asilo en México, “sólo queremos cruzar a Estados Unidos”. Algunos se han dado por vencidos y han regresado a Honduras y Guatemala con los pies llagados de tanto caminar y más pobres que como salieron de su país, al acabarse los ahorros de que disponían para llegar a país del norte.
“La gente viene ilusionada. Ven la violencia como una opción para emigrar a Estados Unidos, pero Trump ha dicho que por ese motivo no entrarán a su país.
“Trump ya dijo que no dará asilo a los que vienen por violencia doméstica o de pandillas, y da la casualidad que los que vienen, incluso los de la caravana que atraviesa México y los que se enfrentaron este fin de semana con la policía en la frontera con Guatemala, con un saldo de un muerto, para entrar a la fuerza a México, han declarado que salen de sus países por la crisis humanitaria a causa de la violencia que se vive allá”, aseguró el presidente de los Derechos Humanos en Tijuana, al ser entrevistado en exclusiva en su despacho de esta ciudad fronteriza.
Defensor de los derechos de los migrantes desde 1983 y experto en casos de asilo político en las Cortes de Migración desde hace 26 años, Clark Alfaro explica que hay varias razones para pedir asilo.
“Los mexicanos lo hacen por la violencia en Michoacán y Guerrero, y los centroamericanos por la que existe en Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, pero por eso no les van a dar asilo. Le abrirán la puerta y los escuchan, pero no nada más”, repite.
Rodeado de reconocimientos y diplomas que avalan su profesionalismo y especialidad en asuntos migratorios, el académico de la Universidad Estatal de San Diego informa que en Tijuana la forma de migrar a Estados Unidos ha cambiado.
En 2017, dice, la Patrulla Fronteriza detuvo a 306 mil migrantes mexicanos, que es la cifra más baja desde 1972.
Esto reveló que los mexicanos desde hace muchos años ya no ven a EEUU como una oportunidad, el sueño americano, como la tierra prometida, reduciéndose a un mínimo porcentaje el índice de compatriotas que buscas irse al otro lado, explica y agrega:
A principio de milenio la Patrulla Fronteriza detuvo a 1.6, 1.4, 1.3 millones de migrantes, principalmente mexicanos, en 2001, 2002, 2003, respectivamente, lo que se redujo drásticamente al grado que los coyotes están en crisis, ya no tienen empleo como en aquellos años.
Lo que ha aumentado 39% es la llegada de familias migrantes y niños que vienen solos de Centroamérica y de los estados violentos de México, principalmente Michoacán y Guerrero, asegura.
Cita que actualmente hay una nueva forma de migrar a Estados Unidos, principalmente de los centroamericanos y mexicanos de los estados violentos de México, ya que aspiran al asilo político y no cruzan por montaña y desierto.
Ya no contratan a “coyotes” para cruzar a Estados Unidos, sino que vienen directamente a los puertos de entrada para ponerse en fila y tocar la puerta para que les den asilo en Estados Unidos.
PROCESO DE ASILO
En Tijuana hay una lista de 1,500 migrantes con ayuda del grupo Beta. Ellos mismos se organizaron, para no estar todos amontonados e ir uno por uno. Hicieron su lista, para tener un orden e ir uno por uno. Van conforme les toca su turno, pero son muy pocos los migrantes mexicanos que piden asilo
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), un documento declarativo adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en su Resolución 217 A (III), el 10 de diciembre de 1948 en París; consta de 30 artículos los derechos humanos considerados básicos, a partir de la carta de San Francisco (26 de junio de 1945).
En su artículo 14 testifica claramente que el asilo es un derecho universal y que todos los países tienen la obligación de abrir las puertas, escuchar las solicitudes y en las Cortes de Migración determinar si los acepta o no.
El Artículo 14 de la DUDH dice:
1.- En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
2.- Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
En respuesta a este artículo de la DUDH, Estados Unidos abre la puerta, pasa a los solicitantes, los interroga y los envía a prisión, a un Centro de Detención Migratoria, a esperar, mientras está preso, que legue un oficial de asilo, pero puede tardar días o meses, ya que las cárceles de asilo están saturadas en Estados Unidos, dice el director del Centro Binacional de Derechos Humanos.
Esas cárceles, añade, están distribuidas a lo largo de la frontera y en el interior del país. La más cercana a Tijuana es la prisión de Otay Mesa.
“Cruzando la frontera hay varias cárceles y una de esas tiene su corte de Migración chiquita, pero como muchas de las cárceles de Estados Unidos está privatizadas”.
“La migración es un negocio en Estados Unidos y en México”, advierte el antropólogo social.
El experto en asuntos migratorios y Derechos Humanos explica que la entrevista a un solicitante de asilo dura entre tres o cuatro horas, y es el oficial de Asilo el que lo aprueba o no y a partir de ahí tiene dos opciones:
1.- Salir en libertad bajo palabra, que ocurre raras veces.
2.- Pagar una fianza de 5 a 6 mil dólares, que generalmente entrega un familiar que ya está en EEUU
Cuando ha sido calificado para el asilo en Estados Unidos, ya en libertad continúan con su proceso.
En caso de que no salga bajo palabra ni tenga dinero para pagar una fianza, quedan en prisión hasta más de tres años, y lo más grave es que al terminar el proceso le digan que no aplica para el asilo y finalmente lo deporten.
En todos los casos necesita abogado.
En Estados Unidos hay abogados Pro bono, que pertenecen a despachos muy importantes que no viven de la defensa de migrantes, sino que lo ven como una ayuda humanitaria, así que lograr uno de estos es la mejor de las suertes.
Pero si no, tiene que contratar un abogado privado y experto en casos de migración para llevar el caso de asilo que cobra en promedio entre 5 y 6 mil dólares.
En caso de que le nieguen el asilo, tienen derecho a la apelación.
Explica Víctor Clark:
Si el Juez de inmigración rechaza la solicitud, el solicitante recibirá una carta que le informará cómo apelar la decisión. Por lo general, tendrá 30 días para apelar. Después de que el formulario de apelación sea procesado, la apelación será enviada a la Junta de Apelaciones de Inmigración ("Board of Immigration Appeals") en Washington, D.C.
Los solicitantes de Asilo no pueden pedir a la vez una autorización de empleo. Para ello, deben esperar 150 días luego de haber entregado la solicitud completa de Asilo. El USCIS tiene 30 días para otorgar o negar su solicitud de autorización de trabajo.
Si solicitante de Asilo quiere viajar fuera de los Estados Unidos, debe solicitar un permiso antes de salir, para así poder regresar al país. Este permiso es llamado "Advance Parole".
Si no se solicita el "Advance Parole" antes de salir del país, la persona abandona, de hecho, su solicitud de asilo y no se le permitirá regresar a los Estados Unidos.
NO tendrán derecho a solicitar un asilo:
Quien entrega su solicitud después de un (1) año de su entrada a los Estados Unidos, a menos que la persona pueda demostrar que condiciones cambiantes en su país de origen han causado el retardo en la presentación de su solicitud
Quien ha solicitado previamente asilo y ya se le ha negado el mismo
Quien esté ubicado en un país distinto a su país de origen o los Estados Unidos.
NO se concederá el asilo en los siguientes casos:
Si el solicitante ha sido declarado culpable de un crimen serio por un juzgado en su país de origen.
Si las autoridades de inmigración en la investigación de la solicitud encuentran razones serias para pensar que el solicitante será un peligro para la comunidad.
Si el extranjero incitó o ayudó en la persecución de cualquier persona por razones de raza, religión o nacionalidad, o por su opinión política.
La ley provee un procedimiento legal mediante el cual un asilado que ha sido admitido puede conseguir que su cónyuge y/o sus hijos se unan al solicitante siempre y cuando puedan demostrar el vínculo familiar.
La petición de asilo se debe presentar en la oficina del USCIS dentro de los Estados Unidos, más cercana al lugar de residencia del solicitante. Una vez se radica la solicitud de asilo hay que esperar el llamamiento a una entrevista con un funcionario de inmigración.
Mientras se esté estudiando el caso por las autoridades, el solicitante no podrá retornar a su país de origen. Incluso después de haber obtenido el asilo, generalmente no se puede regresar al país de origen durante un tiempo determinado.
Vale la pena anotar que si el asilo es negado, dicho rechazo cierra automáticamente otras opciones para adquirir una residencia permanente. Aunque siempre habrá excepciones, por lo general es muy difícil conseguir otro medio migratorio para permanecer en el país si previamente se solicitó un asilo y éste no fue concedido.
La diferencia entre el asilo y el refugio radica en que el asilo se pide estando en los Estados Unidos y el refugio opera desde el país de origen de quien lo solicita. El asilo estadísticamente es una figura más utilizada que la del refugio.
La solicitud de asilo como opción para obtener un estatus migratorio es una figura riesgosa debido a que las autoridades de inmigración son cada vez más estrictas en el estudio de cada caso y ha aumentado considerablemente el rechazo de solicitudes de asilo.
Por esta razón es fundamental tener bien fundamentada la petición, con un buen aporte de pruebas que no admitan duda por parte de las autoridades de inmigración.
Al ser rechazada la solicitud de asilo, las autoridades exigen la salida voluntaria del país del solicitante, y si se niega es deportada.
En ambos casos el solicitante debe expresar un temor razonable de persecución en su país a causa de su raza, nacionalidad o por pertenecer a un grupo social especial, o por su opinión política, cita Víctor Clark Alfaro.
Hay migrantes centroamericanos, añade, que llegan en esas condiciones para pedir asilo y ya no cruzan por montañas y desiertos, pero la mayoría de los mexicanos lo siguen haciendo de la forma tradicional, a través de “coyotes”, porque es la única forma de cruzar con éxito a Estados Unidos.
Sin embargo, agrega, un alto número de “coyotes” están desempleados porque ya no llega el volumen de migrantes de principios de década, que llegó hasta 1.6 millones de personas.
Revela que existen coyotes internacionales, que traen chinos, a los que les cobran entre 50 y 60 mil dólares. La mitad la pagan en China y el resto cuando cruzaron a EEUU.
Ellos llegan el barco, igual que los de Ecuador y México, pero entran por la puerta fronteriza o por mar.
“En Tijuana, dice, hay un chingo de “coyotes”. En el Aeropuerto hay un grupo que se llama “El Guatemala”, que trabaja a través de “taloneros”, que consiguen la clientela y le pagan una comisión por cada migrante que consiguen.
“Ellos están en el aeropuerto de las líneas que llegan de los estados más violentos, expulsores de gente atemorizada que huye de la violencia en esa entidad, como Michoacán, Guerrero,
“Se identifican rápidamente por la forma de caminar; vienen desorientados, tímidos, visten humildemente, casi siempre traen una mochila y eso los hace visibles para taxistas que operan en la Banda de El Guatemala, que los intercepta para llevarlos y en el camino y la plática les ofrecen sus servicios y los llevan a una casa o un hotel, donde para presentarlos a un coyote, que les pagan una comisión, por cada inmigrante que “enganchen”.
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Elvia Andrade Barajas Ismael Martínez