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La Biblioteca Daniel Cosío Villegas: preparada para el futuro

Después de casi 40 años de ocupar su actual edificio, la Biblioteca Daniel Cosío Villegas estaba llegando al límite de su capacidad para albergar las colecciones y se requerían nuevos espacios para ampliar sus servicios.

La Biblioteca Daniel Cosío Villegas ocupó las instalaciones de su edificio actual en 1976, en un espacio de 7 317.70 m2, con una capacidad de almacenamiento para 2 188 estantes (27 276.6 metros lineales). Se estimó entonces que, conforme el crecimiento de sus colecciones, podrían alojarse sin problemas durante los próximos 20 años.

En el año 2003, ante la evidente saturación del acervo, se encargó al Mtro. Ario Garza Mercado la preparación de un “Programa de Necesidades para la Ampliación de la Biblioteca de El Colegio de México, 2004-2024”, aunque no se concretó ninguna acción al respecto.

A finales de 2012 las autoridades de El Colegio consiguieron el financiamiento necesario para llevar a cabo el proyecto. Se invitó al Arq. Teodoro González de León para hacerse cargo del mismo, sobre un espacio que se reservó desde que se construyó el edificio actual, con una inversión de 121 millones (recursos federales).

Por parte de la Biblioteca el proyecto contó con la colaboración de: Micaela Chávez, Víctor Cid, Alberto Santiago, Francisco Mejía, Valentín Ortiz y Tomás Bocanegra. Se tuvo como asesores a Michel Keller, Director of Academic Information Resources y Adán Griego, Subject specialist for Latin America. Ambos de Stanford University.

Dado que el edificio actual está registrado como obra de autor y ha sido inscrito en el registro de obras del patrimonio cultural y artístico de México, cualquier modificación debe hacerse por el arquitecto Teodoro González de León, quien el 16 de enero de 2013 aceptó la invitación que le hizo el doctor Javier Garciadiego a fin de elaborar el proyecto para la ampliación del edificio de la Biblioteca.

De acuerdo con las prácticas de aprendizaje actuales se pensó que para la ampliación de la Biblioteca se debería diseñar un espacio propicio para el estudio, la reflexión y la interacción, que integrara tecnología, servicios y una atmósfera de creación dinámica, confortable y acorde con una visión de trabajo colaborativo.

Se consideró la diversidad de los estilos de estudio de la comunidad; para ello cuenta con espacios de trabajo individual y colaborativo, tanto abiertos como cerrados, así como con áreas de lectura informal y espacios equipados tecnológicamente

Se seleccionó mobiliario especializado para bibliotecas, ergonómico, durable y que permite reconfigurar espacios según las necesidades de los usuarios.

El edificio integra elementos que han caracterizado los cambios en el acceso a la información

Flexible: se adapta al comportamiento de los usuarios

Abierto: para favorecer el trabajo colaborativo

Propicio: el ambiente, inspira el estudio y la reflexión

Created By
Valentín Ortiz
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Credits:

Biblioteca Daniel Cosío Villegas