[...] Esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Luego de tanto decir sobre un amor al que ni el tiempo y distancia minimizaron se resquebraja el sueño soñado más en la vigilia que lo onírico; añicos entonces quedó hecho y sin ser una historia del todo contada, ella, mujer cafetal y amazona de rígida incoherencia entre su decir verbal y su dialéctica sentimental, emotiva y conmovedora pero inusual y tan poco consciente. Ella, quien vio brillar los ojos de él cuando estos le miran quiso ser juez y parte sentenciando al olvido y al desencanto todo aquello que en un pasado no tan remoto y hasta el día de hoy y al futuro más que inmediato sabe de sobra que se le ama sin condición y sin embuste como jamás ella pudo imaginar. Ahí, es que su afán de saberse el amor a primera tinta de él prefiere mantenerse en el anonimato banal y anodino de una treintena de páginas de un diario sentimental que fue línea a linea, adjetivo a adjetivo y metáfora a metáfora ella siempre dibujada, delineada y jamás inventada sino que al contrario se volvió un amor y una quimera que al fin de todo principio será siempre tan inasible a las manos de su autor como lo es el mar a las arenas de un desierto.
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Imagen: Tomada de la web Texto: Jorge L Balbuena