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Mujer y Trabajo: Pisando el acelerador del cambio Iniciativa PNUD - BID - OIT

¿Qué factores se encuentran tras la brecha de participación laboral? La incorporación al mercado laboral ¿ha sido igual para las mujeres de distintos estratos económicos? ¿Qué beneficios económicos se obtendrían estimulando la incorporación de la mujer al mercado laboral? ¿Cómo podemos acelerar de nuevo el cierre de la brecha de participación laboral entre hombres y mujeres con empleos de calidad?

Estas son algunas de las cuestiones a las que intentará responder este documento que integra las conclusiones fundamentales de tres estudios desarrollados por tres instituciones de referencia: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ha cuantificado económicamente para América Latina, los efectos de una hipotética reducción de la brecha laboral a partir de dos políticas públicas específicas; la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que examina los datos de segregación ocupacional y profundiza en sus causas y consecuencias, y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cuyo estudio pone la lupa en los promedios para hacer un análisis exhaustivo sobre las diferencias existentes en la participación laboral de las mujeres en función del estrato económico al que pertenecen.

GRANDES DIFERENCIAS ENTRE MUJERES: MENOS Y PEOR TRABAJO PARA LAS MÁS POBRES

Los resultados obtenidos en este estudio desarrollado por PNUD nos hacen pensar que la incorporación de la mujer al mercado laboral y el cierre de esta ominosa brecha entre hombres y mujeres podría convertirse en uno de los factores de cambio más importantes y necesarios para las economías de América Latina y el Caribe. Pero, de momento, todavía tenemos retos muy importantes que encarar. Y para hacerlo bien, necesitamos conocer y analizar las distintas realidades laborales que afrontan las mujeres latinoamericanas cada día. ¿Cuál es su perfil? ¿En qué trabajan? ¿Cuáles son sus condiciones laborales? ¿Qué factores determinan y limitan su participación en los mercados de trabajo? En este sentido es muy útil descomponer los promedios y analizar la situación de las mujeres de distintos niveles de ingreso. Los resultados de este análisis, desarrollado por el PNUD, ponen en evidencia que el progreso de los últimos 15 años no se ha distribuido por igual y que las brechas existentes entre distintos segmentos de mujeres están, también, muy lejos de cerrarse.

CUANDO ELLAS CUIDAN Y ELLOS CONDUCEN: LA SEGREGACIÓN OCUPACIONAL SE MANTIENE

En lo que se refiere a la segregación ocupacional, parece que la existencia de puestos masculinos y femeninos sigue siendo una realidad incontestable en América Latina. Esta realidad se analiza pormenorizadamente en este estudio desarrollado por la OIT. A pesar de los crecientes niveles educativos alcanzados por las mujeres, más del 80% de las trabajadoras se encuentran empleadas en sectores de baja productividad (agricultura, comercio y servicios) y esta proporción no ha cambiado en los últimos 15 años. En el sector de la productividad media (construcción, manufactura y transporte) y en el sector de alta productividad (actividad financiera, electricidad y minería), cercano a la vanguardia tecnológica y caracterizado por un mayor nivel educativo de las personas empleadas, mejores condiciones laborales y mayor protección laboral, el empleo femenino es muy inferior al masculino, con diferencias de más de 20 puntos porcentuales.

UNA FUERZA LABORAL MUY PODEROSA

La brecha de género en la participación laboral tiene un costo significativo en términos de crecimiento económico, en la medida en la que supone un gran contingente de recursos humanos sin aprovechar. Unos recursos que, de llevarse al mercado, tendrían impactos positivos muy sustanciales en el PIB per cápita de los países. Ese impacto potencial ha ido incrementándose con el tiempo (y continúa haciéndolo), conforme las mujeres adquieren mayor capital humano en cada generación. Para cuantificar este costo económico, el BID realizó un estudio que simulaba el impacto, sobre la participación laboral femenina y el PIB, de ciertas políticas públicas que reducían dos de las principales barreras que enfrentan las mujeres: a) el cuidado y la crianza de los hijos y b) el acceso a empleos de mayor productividad. Los resultados fueron contundentes. La aplicación de políticas de cuidado infantil produce un aumento de la participación laboral femenina de entre un 7% y un 9%, dependiendo del país y el nivel educativo de las mujeres. Este incremento se traduce en un incremento del PIB per cápita de entre un 4% y un 6%. Por otro lado, aplicar políticas que incrementen en un 10% la productividad promedio femenina produciría un impacto considerable en el PIB per cápita que varía entre 15% y 25%.

UNA NUEVA GENERACIÓN DE POLÍTICAS PARA LA IGUALDAD

A pesar de los avances acontecidos en materia de participación laboral femenina en los últimos 50 años, necesitamos pisar el acelerador para eliminar los numerosos obstáculos que todavía hoy enfrentan las mujeres en el mercado laboral y cerrar las brechas que aún existen entre hombres y mujeres en prácticamente todos los indicadores laborales. Para propiciar esto es imprescindible hacer un llamado a la acción que involucre acciones de política pública en diversos ámbitos: el mundo corporativo y laboral, el espacio público y los hogares. Los documentos que se presentan desde las tres instituciones (PNUD, BID y OIT) propone un abordaje en la construcción de las políticas que trata de romper los silos sectoriales. Así, se plantean acciones urgentes en cuatro sectores de políticas públicas: políticas activas de empleo, políticas de protección social, políticas de cuidados y políticas que transformen las normas sociales en el mundo educativo y sociocultural.

Infografías en español

GRABACIÓN DEL LANZAMIENTO DE LA INICIATIVA PNUD-BID-OIT

LES INVITAMOS A LEER, REFLEXIONAR Y ACTUAR POR LA IGUALDAD DE GÉNERO Y EL EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES EN EL MUNDO DEL TRABAJO