1. No desprecian los sentimientos de otras personas
Las personas alta y emocionalmente inteligentes, muestran empatía hacia los demás. Tratan de entender cómo se sienten las personas a su alrededor. Nunca ignoran las emociones de otra persona ni las consideran poco importantes. En cambio, muestran compasión.
2. No juegan a la víctima
Las personas emocionalmente inteligentes, saben que tienen el poder de controlar cómo se sienten. No culpan a otros cuando tienen un mal día, y no juegan a la víctima. En cambio, reorientan sus emociones negativas hacia un pensamiento más productivo, y asumen la plena responsabilidad de cómo se sienten.
3. No son complacientes
Una persona emocionalmente inteligente permanece en contacto con sus sentimientos, pero también sabe cuándo cambiar su atención hacia el exterior y centrarse en el mundo que los rodea. Son conscientes de que vivir constantemente dentro de su cabeza puede crear problemas. Permanecen en contacto con sus emociones, pero no les permite tomar el control.
4. No dejan que otros controlen sus emociones
Las personas con inteligencia emocional son sensibles, pero mantienen el control de sus sentimientos. No dejan que otros arruinen su día o los reduzcan. Les encanta mantener una actitud positiva y son capaces de recuperarse rápidamente del rechazo y otras formas de negatividad.
5. No dicen sí fácilmente
Demasiadas personas se sienten avergonzadas de decir que no. Terminan siendo abrumados por demasiados compromisos y se vuelven infelices. Una persona emocionalmente inteligente conoce sus límites. Ellos se honran estableciendo límites y saben evitar decir sí cuando es necesario.