Residencia imperial de la dinastía de los Habsburgo desde el siglo XVIII hasta 1918, el palacio de Schönbrunn, construido por los arquitectos Johann Bernhard Fischer von Erlach y Nicola Pacassi, alberga un gran cúmulo de obras maestras de las artes decorativas. Con sus jardines –donde se instaló el primer parque zoológico del mundo en 1752– forma un conjunto barroco de excepcional calidad y constituye un acabado ejemplo de “Gesamtkunstwerk” (obra de arte total).