La ciudad es el centro de la vida de al-Ándalus. Allí, una ciudad como Córdoba llegó a contar con 300000 habitantes. Este aspecto de la vida en la Península Ibérica resulta tanto más importante cuanto en Europa, en aquel tiempo, las ciudades apenas contaban con unos cuantos miles de personas y languidecían más que prosperaban.
Pero no podríamos hablar de la importancia de las ciudades sin contar con el desarrollo agrario que permitió crear los excedentes necesarios para que la vida urbana fuera tan brillante. En este sentido debemos recordar las innovaciones técnicas, sobre todo en el ámbito del regadío, que los musulmanes introdujeron en la península; y los innumerables productos que nos aportaron (arroz, ajo, cebolla, sandía, melón...).
LA VIDA URBANA
Las ciudades musulmanas en al-Ándalus contaban con murallas que las protegían en todo su perímetro. Fuera de ellas, sólo los arrabales o barrios extramuros avanzaban sobre los campos. Para entrar en la ciudad varias puertas se abrían durante el día y se cerraban por la noche.
Ya en el interior llama la atención el laberíntico trazado de las calles que da respuesta al rigor climático de casi todas las zonas en las que se enclavan. No obstante, las calles tienden a confluir bien en la mezquita del barrio bien en la mezquita mayor, construcción central de toda la ciudad.
Muchas ciudades musulmanas en la Península Ibérica, aparte de las murallas, contaban con un recinto fortificado o alcazaba, residencia del gobernador y del destacamento militar encargado de defender tanto la ciudad como su entorno.
El edificio principal de la ciudad musulmana era y es la mezquita. Había muchas, una en cada barrio, pero por encima de todas estaba la Mezquita mayor (o Mezquita aljama). La disposición de todas ellas era parecida. La podéis contemplar en la siguiente ilustración:
Otros edificios destacan en la ciudad musulmana:
- Las madrasas o escuelas.
- El alcázar o palacio-residencia del gobernador.
- Los baños públicos.
- Las alhóndigas para la compraventa y almacén de grano.
El centro de la ciudad era la barrio de la medina, donde se ubicaban la Mezquita mayor, el zoco y la alcaicería, el alcázar, la madrasa... El zoco es el mercado, allí donde se realiza la actividad que diferencia a estas ciudades de las europeas de aquel tiempo. Por tanto, allí encontramos desde los productos más cercanos, agrarios o artesanales, hasta los más lejanos, llegados a través de las innumerables rutas comerciales que mantenía al-Ándalus con Europa, el norte de África y Oriente.
Credits:
De las imágenes: Vicens-Vives