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Timanfaya la erupción que construyó una isla

1 de septiembre de 1730

Nueve y media de la noche. La tierra se abre y una enorme montaña surge del seno de la tierra y se eleva envuelta en llamas. La lava fluye al principio como el agua y luego avanza lenta como la miel. La meseta central de Timanfaya -poblada con ricas vegas de cereales y pequeños caseríos con sus graneros, taros (chozas), hornos de cal, tahonas y corrales- empieza a enterrarse "bajo espesos montes de lavas y escorias". Es el comienzo de un erupción volcánica única en el mundo.

6 años de explosiones y lava

Las emisiones se prolongaron durante seis años (1730-1736) y formaron uno de los campos de lava históricos (documentados por el ser humano) de mayor superficie y continuidad superficial del mundo: las coladas cubrieron un área de 176 km2, el 20% de la superficie total de la isla.

La erupción generó estructuras geomorfológicas de gran diversidad que el clima árido de Lanzarote ha ayudado a conservar:

  • Hornitos: bocas eruptivas secundarias que expulsaron lava y gases, sin llegar a formar grandes edificios volcánicos.
  • Tubos volcánicos: túneles originados por ríos de lava (coladas) que se solidificaron en la superficie pero continuaron fluyendo en su interior creando ríos de lava subterráneos.
  • Mar de lavas: extensas superficies cubiertas de 2 tipos de lava: aa (viscosas, al enfriarse formaron una superficie rugosa e intransitable conocida como 'malpaís') y pahoe-hoe (fluidas, convertidas hoy en una superficie lisa o con rugosidades, llamadas 'cordadas').
  • Conos de cínder: edificios volcánicos cubiertos totalmente por depósitos de material volcánico de pequeñas dimensiones (piroclastos) formados en la última y explosiva fase eruptiva: la estromboliana.
Mar de lava, hornito conocido popularmente como Manto de la Virgen, cordada y Volcán del Cuervo, el epicentro de la erupción de 1730.

La agricultura del volcán

La erupción cambió la economía y el carácter de los campesinos de Lanzarote. Les provocó una hambruna insoportable y les obligó a investigar el nuevo ecosistema en busca de rastros de vida. Un día, la luz se encendió. Tras aguzar el ingenio y la observación, comprobaron que las capas de lapilli (piroclastos de entre 2 y 64 mm) tenían propiedades higroscópicas...

... En medio de aquella desolación, se dieron cuenta de que aquellas piedrecillas volcánicas eran capaces de absorber y retener la escasa agua de la lluvia y la condensación. Fue el comienzo de una agricultura desértica, que tiene en La Geria su exponente más conocido. Aquí, la vid se desarrolla en hoyos excavados a mano, protegidos de los persistentes vientos alisios por muros de piedra seca en forma de media luna. Es la herencia de aquellos supervivientes del siglo XVIII.

La huella química se lee todavía en los Pirineos

Los gases que liberaron las erupciones dejaron una huella en la atmósfera que todavía hoy podemos leer en los antiguos bosques de coníferas de los Pirineos. El hierro cambió la composición química de los anillos anuales de crecimiento de los bosques subalpinos de pino negro de los parques nacionales de Ordesa, Monte Perdido y Aigüestortes, según un artículo publicado en la revista Science of the Total Environment en el que participa la Universidad de Barcelona (UB).

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Base lunar y marciana de la Agencia Espacial Europea

Desde 2017, la Agencia Espacial Europea estudia la vulcanología de Lanzarote y sus formaciones geológicas para aprender a identificar rastros de agua y poner a prueba sus trajes espaciales en contacto con las afiladas rocas del malpaís. Han elegido este territorio por ser un gran análogo planetario de Marte y la Luna.

Escuchando el latido de la Tierra

A un metro bajo tierra se registra una temperatura de 180ºC. El volcán duerme pero permanece activo y bien vigilado. Junto a él se encuentra uno de los módulos de observación permanente del Laboratorio de Geodinámica de Lanzarote, un centro de investigación que, junto a sus homólogos de Japón y Luxemburgo, registra el mayor volumen de datos referidos a la corteza terrestre.

La vida entre las grietas

El bejeque de malpaís (Aeonium lancerottense) es uno de los endemismos lanzaroteños más espectaculares. Esta planta crasa crece entre las grietas volcánicas y transforma su estrés hídrico en un hermoso color rojo en los bordes de su roseta vegetal.

Zona de Especial Protección para las Aves

La abubilla (Upupa epops) es una de las muchas aves que habitan Timanfaya, alimentándose de insectos y gusanos. Alcaudones, ánades, cernícalos, cucos, cuervos y charranes encuentran también su hábitat entre las coladas de lava.

En 1974, Timanfaya fue declarado Parque Nacional, con un total de 5.107 hectáreas protegidas. Más de 1,7 millones de viajeros lo visitan cada año.

Credits:

Foto de apertura: Andrés Nieto Porras. Geoparque Lanzarote. Juan Cazorla. Lanzarote Outdoors. CACTS Lanzarote ESA