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PERU, PUENTE AEREO DEL NARCOTRAFICO EN LATINOAMERICA

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS

--Cuarta parte --

LIMA, Perú, 03 de diciembre de 2019.- En Perú la comida es variada y deliciosa, lo mismo que el Pisco, su bebida tradicional; es poseedor de una gran historia Inca, minas de joyas preciosas, entre ellas oro, pero detrás de estas maravillas existe un flagelo: el narcotráfico, que lo ha convertido en su puente aéreo, para distribuir cocaína a todo el mundo.

La República de Perú, es un país de Sudamérica, bordeado por el Océano Pacifico, limitando con los conflictivos Ecuador, Brasil, Chile, Bolivia y Colombia, primer productor de coca en el mundo.

Perú es el segundo productor de cocaína, uno de los países con mayor diversidad biológica y con más recursos minerales del mundo.

Bolivia es el tercer producto de coca.

Esta trilogía de países junto con Brasil, Venezuela, Ecuador, Guyana Francesa (Francia) y Surinam integran la selva amazónica, el bosque tropical más extenso del mundo, con 7 000 000 km² (siete millones de kilómetros cuadrados) repartidos entre estos nueve países.

La Amazonia se destaca por ser una de las ecorregiones con mayor biodiversidad en el planeta. Es su principal pulmón de oxígeno.

El 11 de noviembre de 2011 la selva amazónica fue declarada una de las siete maravillas naturales del mundo.

La Amazonia peruana es una de las áreas con mayor biodiversidad en el planeta. Ahí, la coca nace y florece abundante, igual que en Colombia y Bolivia, tercer productor de coca.

La coca se producen en la Selva Amazónica de Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador

Este triangulo de países cocaleros, Perú, Colombia y Bolivia, produjeron 1.976 toneladas de coca en 2017, 25% más que en 2016, según el Informe Mundial sobre Drogas emitido por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

En 2017 en la región andina se registró el récord de 245.000 hectáreas de plantaciones de coca, un 15% más que el año anterior.

De esa cifra, el 70% de la zona con cultivos estaba en Colombia, el 20% en Perú y el 10% restante en Bolivia, según la ONUDD.

En Colombia la extensión de los cocales pasó de las 46.000 hectáreas en 2013 a las 171.000 en 2017.

En el informe presentado en Viena en junio de 2019, la ONUDD aseguró que la producción mundial de cocaína sigue en auge y se encuentra en máximos históricos, pese al surgimiento del fentanilo, droga sintética, producida en China y distribuida vía online, principalmente a Estados Unidos, donde su consumo ha provocado incontables muertes.

Fentanilo es una droga sintética que quiere devorar el mercado de las drogas, pero es altamente letal, y una sobredosis provoca muerte instantánea,

De acuerdo con datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de Estados Unidos, en ese país se estima que hubo 68.557 muertes por sobredosis de drogas en 2018.

De esa cifra 47.590 involucraron opioides y 31.897 a opioides sintéticos, como el fentanilo y el tramadol.

Por sobredosis de fentanilo han muerto varias estrellas del cine y del mundo del modelaje.

Por eso, muchos distribuidores y consumidores de drogas aún prefieren la cocaína. Es menos dañina.

Pero, ante el riesgo de perder su mina de oro, los cocaleros aumentan su producción. Perfeccionan su pureza y su distribución por todos los medios a su alcance: marítimos, terrestres y aéreos, preferentemente.

Ante este panorama, en el Aeropuerto Jorge Chávez se extreman las medidas de seguridad contra el tráfico de drogas.

A todos los extranjeros le toman huellas digitales de los dedos de ambas manos y te toman foto de frente

Las instalaciones de su pequeño aeropuerto están repletas de agentes antinarcóticos, con y sin perros policía que olfatean todo el equipaje.

Aquí todo mundo es sospechoso, especialmente los extranjeros colombianos, mexicanos y bolivianos.

En los puestos migratorios se forman largas filas y se ocupan hasta cuatro horas para poder entrar a tierra peruana.

Para entrar a El Perú. en Migración se hacen filas hasta de cuatro horas

En cada uno de los módulos, los turistas extranjeros son entrevistados y fichados, uno a uno. A todos les toman sus datos y las huellas digitales de los dedos de ambas manos y una fotografía de frente.

En caso de que se resista a pasar por esta prueba de fuego, es sometido a interrogatorio por la Policía Nacional del Perú.

Los pocos que protestan por las medidas de seguridad aduanales, reciben un trato aparte.

Sin embargo, pese a estas medidas el tráfico de drogas aún ocurre, aunque en menor escala, en el famoso aeropuerto Jorge Chávez, en las inmediaciones del distrito de Callao.

Los perros policía están alerta en el Aeropuerto Jorge Chávez

Aquí, perros y policías aduanales miran de la misma forma y más si saben que son de nacionalidad colombiana, mexicana o boliviana.

Todas estas medidas han ayuntado a los grandes narcotraficantes del Jorge Chávez, que han optado por abrir pistas de aterrizaje clandestinas en plena selva amazónica, desde donde hacen envíos de droga a todo el mundo, provenientes de Perú, Colombia y Bolivia.

Pista de aterrizaje clandestina en el Valle de Vhraem, en la Selva amazónica peruana.

El general de la Policía Nacional del Perú, Héctor Loayza, asegura que “desde 2011 se retomó el puente aéreo en Perú”.

Explica que los traficantes de droga hacen un primer traslado de Bolivia hacia el centro de Perú en avionetas Cessna con 350 kilos de cocaína, transportadas por una flota de avionetas clandestinas con matrículas falsas, adquiridas, la mayoría en Estados Unidos, para surcar los cielos de América Latina dejando una estela de corrupción y muerte”.

Avionetas Cessna con matrículas falsas surcan los cielos de Perú

El destino final de la droga son los grandes mercados de consumo en el mundo: Estados Unidos, Brasil, y Europa.

Estados Unidos es el mayor consumidor de cocaína en el mundo, con 1,6 millones de consumidores.

Brasil es otro de los grandes consumidores de cocaína. Consume cuatro veces más que el resto del mundo.

En la Selva Central del Perú el traslado de la cocaína se realiza en menudeo, a través de mochileros, mientras otro grupo traza la pista en forma rudimentaria para hacer el aterrizaje.

Los “mochileros” suben la droga a la aeronave en un lapso de minutos; deben hacer toda la operación en menos de 5 minutos.

Las maniobras relámpago se repiten varias veces en el corazón de la selva peruana.

Loayza señala que son organizaciones criminales mexicanas y europeas las que financian este traslado aéreo que se ha convertido en el problema de seguridad más grave del Perú

En la frontera entre Perú y Bolivia de 6, 834 kilómetros, no hay radares, lo que facilita el tráfico aéreo de droga en esa extensa zona.

eab_elya@yahoo.com.mx

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Elvia Andrade Barajas e Internet