Chilensis in Texas

Patito y Tatita se mandaron una dosis de Texas a la vena. Viajaron desde Santiago a Dallas, visitaron Fort Worth, vivieron en Lubbock, viajaron a Austin, y volvieron a Dallas en un viaje circunvirúnvico que duró 10 días. A esta aventura se agregaron nuestra inseparable Marlene Brandt y la prima Alejandra Ulloa, quien resultó ser una valiosísima adición al grupo.

Todo partió en San Carlos, cuando parte del convoy se fue en camioneta hasta el aeropuerto de Conce. Allí el Tatín tuvo su primera experiencia aeronáutica, al volar desde Concepción a Santiago sentado junto a la ventana. Durante 45 minutos vio el mundo desde arriba, por sobre las nubes, y descubrió que volar en avión no es muy distinto a viajar en bus, si descontamos el despegue y el aterrizaje. No se asustó, no se mareó, no se le taparon ni los oídos. He is a natural.

Viaje Conce-Santiago con doña Marlene Brandt
Tatín dijo que disfrutó muchísimo su primer viaje en avión
Con Patito recogiendo el equipaje en el aeropuerto de Santiago

En Santiago se les unió la otra parte del convoy, la prima Alejandra. Como buenos sureños, el familión viajaba provisto de cocaví, porque Patito (en su viaje anterior a USA) determinó que la comida del avión no cumplía con sus exigencias de calidad y cantidad. Así que antes de subirse al vuelo a Dallas, el grupo completo ya había tomado once como dos veces. Me cuentan que el avión no iba lleno, así que el Tata se cambió de puesto varias veces, deambuló por los pasillos para estirar las piernas, y hasta vio tele en la pantalla de su asiento. No durmió mucho, y según me confesó después, el viaje se le hizo eterno. “Uta el viaje pa’ largo”, fue su evaluación. Diez horas desde Santiago a Dallas, cubriendo una extensión de 7.850 kilómetros para llegar al destino final. Pero casi 24 horas viajando, si consideramos el tramo San Carlos – Concepción, y luego el vuelo Concepción – Santiago. Toda una aventura.

Los viajeros rumbo a Dallas! La prima Alejandra ya instalada y feliz

Desde Dallas los llevamos a la ciudad de Fort Worth, distante 55 km. La gracia de Fort Worth es que alberga un pintoresco sector llamado Stockyards, que parece salido de una película del lejano oeste. Está lleno de restaurantes decorados al más puro estilo tejano, con cabezas de bisonte, vaqueros auténticos, menús de barbecue (carne asada) y música en vivo. En Stockyards el familión tuvo su primer ataque de consumismo, y se volvieron locos comprando sombreros, billeteras y llaveros para llevar de vuelta a Chile. Yo misma me compré el sombrero vaquero que me hizo el ojo cuando fui a Stockyards el año pasado, y que no compré de puro tacaña que soy. Nunca es demasiado tarde. También fuimos al rodeo, donde la gracia es domar al toro y lacear al novillo, en el caso de los jinetes masculinos, y lacear al novillo y dominar al caballo en carreras de velocidad, en el caso de las mujeres. A estas alturas, el familión estaba maravillado con los toros, los sombreros vaqueros y la hospitalidad gringa, e insistían en hablarle en español a la gente de las tiendas de souvenirs, y además regatear con los precios. “Pregúntale a cuánto me deja los llaveros si llevo 10”, me decían.

Con Patito en el restaurante Riscky's Steakhouse
Hacía calor y había que matar la sed
La prima Alejandra con su tía Marlene
Este restaurante se especializa en carnes estilo barbecue
Había un plato que consistía en costillitas ilimitadas (all you can eat)
Adivine qué plato pidió Pedrín
Medio día en Texas y Patito ya estaba completamente mimetizado con el lugar
Tata se maravilla con Stockyards
El Tata andaba de lo más dicharachero. Tanto que bromeó con que quería subirse a un toro
Resulta que había un caballero con un toro de verdad que cobraba cinco dólares por subirse y sacarse fotos
Así que al Tatín no le quedó otra y se subió no más
Dice que no le tuvo miedo porque el toro era mansito. "A lo mejor era buey", concluyó
Varias de Stockyards
La tienda de sombreros se hizo la América con nosotros

Otro de los atractivos de Fort Worth es el zoológico, el más grande de Texas. Pasamos una mañana completa allí y no fuimos capaces de recorrerlo entero. El familión disfrutó de los elegantes flamencos, se maravilló con los elefantes y las jirafas, y tuvo un encuentro cara a cara con el tigre blanco, que por alguna razón decidió interrumpir su siesta y acercarse al vidrio donde estábamos nosotros. Es lo más cerca que podremos estar de un felino de ese tamaño sin correr peligro.

La prima Alejandra le conversó al tigre de cerquita
El Tata también se acercó
Con el Tatín estrenando nuestros sombreros nuevos
Imágenes en el Fort Worth Zoo

A Lubbock nos fuimos conduciendo en un viaje que duró poco más de cinco horas. Pedrito, siendo el hombre precavido que es, arrendó una mini van que nos permitió transportar al familión con todas sus pertenencias. En Lubbock hicimos diversas actividades, de las cuales voy a describir tres: el tour y degustación en la Viña Llano Estacado, la visita a un museo de historia al aire libre, y un recorrido por el campus de Texas Tech.

La mini van que arrendó Pellín
El familión iba terrible cómodo en el viaje Dallas - Lubbock (479 km)
Había espacio para todo

La Viña Llano Estacado se ubica a las afueras de Lubbock y produce diversas variedades de vino. El tour es gratuito y consiste en una visita guiada a la sala de producción, donde se pueden ver los tanques gigantes donde se fermenta el mosto; la sala de embotellamiento, donde se llenan 60 mil botellas de vino diarias (CACHATE); la sala de almacenaje, donde están las barricas con su precioso contenido, y las viñas, que son principalmente para experimentar con nuevas cepas. Nos contaba el guía del tour que la mayor parte de la uva viene de viñedos situados en otros lugares de Texas, y los vinos se consumen en diversos lugares del país. Después del tour hay una degustación de vinos que también es gratuita (cinco copas, aunque no llenas), pero si uno quiere probar los vinos Premium, hay que pagar cinco o diez dólares dependiendo de los vinos.

Tour por las instalaciones de la Viña Llano Estacado
Degustación de vinos después del tour
Paseo por los viñedos del lugar
La viña se ubica a las afueras de la ciudad y se puede visitar de lunes a domingo

El museo de historia al aire libre se llama National Ranching Heritage Center y está ubicado en los alrededores de la universidad. La gracia de este museo es que documenta las condiciones de vida de los pioneros y rancheros que se establecieron en Texas a fines del siglo 18. El museo tiene una exposición de viviendas que recrean las casas de la época, partiendo por la más antigua, en 1780, hasta la más reciente en 1908. Afortunadamente las explicaciones están en inglés y en español, así que el familión no tuvo problemas para leer sobre cada vivienda. El museo tiene además una serie de esculturas de bronce que representan al vaquero y al ganado en todo su esplendor. Aquí tuvimos una larga sesión de fotos donde el Tatín hizo gala de su espíritu más histriónico y bromeó con ir arrancando de los toros, mientras su camisa azul resaltaba como un oasis en el paisaje desértico de Lubbock.

El Tata jugueteando entre las esculturas de ganado
"Voy a hacer como que le agarré la patita", me decía
Las plantas de cactus son verdaderas y florecen amarillas y espinosas
"El Pensador" versión Texas
La familia Ingalls
Varias imágenes del museo
Vista aérea del National Ranching Heritage Center (imagen que bajé del sitio web)

El recorrido por la universidad fue lo que nos tomó más tiempo y lo hicimos en tres días, porque el campus es demasiado grande para conocerlo todo de una vez. Lo más entretenido fue visitar la radio universitaria, donde mi colega Cam Stone se paleteó para que Patito y Tatín hicieran un improvisado programa radial en español (que obviamente no salió al aire, pero igual). También conocieron el estadio, el gimnasio de básquetbol, las instalaciones deportivas para los estudiantes, la biblioteca y la Facultad de Comunicación y Medios, donde está mi oficina.

Mi colega Cam Stone les brindó una experiencia radial Gringo style
Las damas atentas al tejano hablando en inglés
Yo trataba de traducir lo más rápido posible para los dos lados
Esta entrevista estuvo buena. Se la perdieron
Patito inspiradísimo
Mi prima Alejandra, Cam y Marlene
Nos dieron una clase de cómo manejar los controles
El Tata se observa a sí mismo en la oficina de Cam Stone
Qué Pablo Aguilera ni que ocho cuartos
Patito la lleva!
Alejandra y Tatín con la estatua de Will Rogers, vaquero y comediante norteramericano
El familión con la estatua de Preston Smith, ex Gobernador de Texas, ex Senador del estado de Texas, y exalumno de Texas Tech University
Recorriendo los recovecos de Texas Tech
Patito descansando en el Student Union Building
El campus siempre lo mantienen limpio y florido
Con el medallón a la entrada de la universidad
Facultad de Ciencias de la Salud

Me emocionó ver a mi familia en la universidad. Me enterneció ver a mi prima anonadada con el estadio de Texas Tech y los pasillos del gimnasio de básquetbol. Me gustó ver a mi papá disfrutando de los edificios de estilo renacentista español del campus, y el Tata sorprendido con la limpieza del lugar, el pasto tan verde, las calles tan amplias. Disfruté viendo a Marlene tan interesada en la radio y su funcionamiento. Me conmoví un poco cuando les tomé una foto a todos metidos en mi oficina, retratados con mis posters de conferencias, mis libros de comunicación política y los archivadores con el material de mis clases. Y caí en la cuenta de que ésta es la primera vez que mi familia se inmiscuye en “mi mundo”, como le llama Patito, y me sentí tan feliz de tenerlos aquí.

El familión invadió mi oficina y hasta se apoderó del Jinete Enmascarado
A mi derecha el torito Bevo, mascota de Texas Austin, y el Indio Pícaro de Chile
Posando en la Facultad de Física y Geociencias
Junto a un edificio de dormitorios para los estudiantes de primer año
Entrada a la universidad
Instalaciones deportivas de Texas Tech University

En Lubbock la familia tuvo su segundo ataque de consumismo y se compró toda la tienda Gap, Banana Republic y Ross. Era difícil no querer comprarse todo cuando se sentían celebridades arriba del #Magdymóvil convertible.

También arrasamos con todos los restaurantes que pudimos. De comida Tex-Mex, de carne estilo barbecue, y hasta una parrillada asiática donde uno llenaba un plato con toda la comida cruda (pollo, vacuno, pescado, papas, vegetales) y el cocinero lo preparaba ahí en el momento, frente a uno, con las salsas y aliños que uno mismo escogía. Al principio el Tata estaba preocupadísimo porque no entendía por qué le estaban dando carne cruda, pero después cachó y lo encontró delicioso.

Restaurant de comida mexicana On the Border
El familión con mi colega Kent Wilkinson en On the Border
Chili's, el favorito de la prima Alejandra
Genghis Grill, allí donde los ingredientes los escoge uno mismo
Así llegan los platos una vez que el cocinero prepara la comida
Patito hasta preparó un asado en la parrilla del condominio

Tanta comida hizo que parte del familión formara una escuadra deportiva que se levantaba todos los días a las 6 de la mañana y salía a trotar en un parque afuera del condominio. En la tarde nadaban en la piscina. El Tata los acompañaba a caminar y aprovechaba de disfrutar los juegos infantiles (vea el video).

"Los hermanos sin dolor" versión Lubbock

La última parada del viaje fue Austin, donde estuvimos dos días. La idea era que el familión conociera la universidad donde estudiamos Pedro y yo, y otros imperdibles de Austin. También aprovechamos de ir a Lockhart, un pueblito que alberga las mejores picadas de barbecue. Y además pasamos a los outlets de San Marcos, donde algunos miembros de la familia tuvieron su tercer ataque de consumismo y arrasaron con las tiendas The North Face, Columbia y Perfumania.

El familión en la Biblioteca Perry Castañeda, University of Texas at Austin
De fondo, el Capitolio de Texas
Pedrito recordando sus tiempos de estudiante
Tata universitario
La Torre de la UT Austin
Dsifrutando el penúltimo día en USA
Cena con amigos en el restaurante Hula Hut
La escuadra deportiva también se alistó en Austin
Momento deportivo a orillas del Lago Austin
Patito "Charles Atlas" Saldaña
Almorzando en Lockhart, restaurante Black's Barbecue
Camino al aeropuerto de Dallas pasamos a Buc-ee's, la versión del futuro del Pronto Copec

Si me preguntan a mí, este viaje fue maravilloso. Tuve la oportunidad de compartir con mi prima Alejandra, pude estar con la Marlene y mi papá, Pedrito se comportó como el increíble agente de viajes que siempre ha sido, y el Tata lo pasó la raja. Onda LA RAJA, con mayúsculas. También se llevaron los regalos de San Luis (Luis Patricio), San Juan y Día del Padre por adelantado. Y por eso publico este post hoy, como un pequeño obsequio para mis dos papás, que en diez días vinieron y dejaron mi corazoncito un poco más grande y más lleno. ¡Feliz día chiquillos! Ya los estoy extrañando =)

Campus de Texas Tech University
Created By
Magdalena Saldaña
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