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De Yokohama a Pamplona: un intercambio de monte y euskera

Kazune Ito es de Yokohama, una ciudad al sur de Tokio, y estudia Sociología en Keio University. Este curso está de intercambio en la Universidad. Antes había estado un año en Ecuador, y esa experiencia le permitió ganar un concurso nacional de oratoria en español en Japón, cuyo premio era una beca de un año para estudiar en un país hispanohablante. Su profesor de español le recomendó venir a Pamplona, al principio, por un motivo muy concreto: “A mí me interesaba un sitio de montaña. Me encanta”.

Y es que ir al monte es su principal afición. “Sí, también veo series, pero si puedo elegir no dudo en salir de excursión o ir a dar un paseo por el monte. Me gusta mucho el contacto con la naturaleza”. Para él, fue clave el momento en el que su asesor de la Universidad, Juanjo Pons, le presentó a uno de los guías del Club de Montaña.

La idea le entusiasmó: casi todos los fines de semana podía hacer una escapada al monte con otras 50 personas. Desde que se lo dijeron, no se pierde ninguna excursión. “Lo mejor del monte es que te da pie a hablar mucho con la gente y conoces a personas distintas. Alguno incluso me ha pedido que le enseñe algo de japonés.”

“A mí me interesaba un sitio de montaña. Me encanta”.

Además, ha descubierto que estas escapadas son un escenario muy bueno para desarrollar uno de los retos que se ha marcado para este curso: aprender euskera. "Vine a Pamplona con la idea de entender bien el fenómeno de lo local, ya que en España es algo muy particular por la diversidad cultural. Así que pensé: tienes que aprender euskera. Y en eso estamos”.

Desde que ha llegado, Kazune ha podido conocer el entorno en el que está

Admite que no es fácil aprender dos idiomas a la vez, pero en español ya tiene un nivel bastante avanzado. Y el monte le está dando la oportunidad de tocar más de cerca esta lengua: “Lo hablo mucho más aquí, con la gente que me encuentro por los pueblos, que en la ciudad”.

Escalar y estudiar

Todas estas experiencias están haciendo que el choque cultural que podía tener no esté siendo muy grande. Y, por si fuera poco, la llegada a Pamplona le ha servido para retomar otra afición que llevaba mucho tiempo sin practicar: la escalada. Con un grupo de amigos va todas las semanas a un rocódromo, y ya ha empezado a practicarla también… en el monte, por supuesto. “El otro día fui a hacer en el Cabezón de Echauri. Fue increíble”.

Sin embargo, lo que más valora hasta el momento Kazune no son los planes que pueda hacer, sino haber venido a la Universidad como estudiante: “Creo que voy a sacar mucho más que si hubiese venido simplemente como turista. Ahora puedo conocer la cultura más a fondo y estar en contacto con gente con la que no estaría de la otra manera”.