Cambio de hábitos con Método GROW Por Iria F. Suárez /febrero2017

¿Cómo logro acabar con mis malos hábitos?

Estamos a mitades de febrero y muchos habrán llegado al punto en donde dices “Diablos, ya tengo dos semanas sin ir al gimnasio, con lo bien que iban mis propósitos” o “Ya había dejado de fumar, pero con la fiesta del 14…solo uno”.

La verdad es que resulta complicado cambiar hábitos negativos y adquirir otros más sanos cuando no tenemos mucha fuerza de voluntad.

En este caso, podemos apegarnos a un proceso. Para ello me voy a basar en la metodología GROW (letras en inglés de Goals, Reality, Options y Will), que es una de las más aceptadas en el Coaching. Pon mucha atención y escríbeme para contarme como te fue.

1. GOAL (meta)

Define la meta con Aversiones y Motivadores: Te recomiendo, tomando un poco la metodología de gestión de cambios, que pongas atención inicial a los elementos Aversivos. Es decir, escribe todas las razones por las que tienes que cambiar el hábito, enfócate primero a todo lo que ya no quieres en tu vida. Escribe tantas razones como te sea posible hasta lograr visualizar un impacto mucho más allá de ti de preferencia que afecte a tus seres queridos. Ejemplo: Al fumar genero un mal ejemplo a mis hijos quienes probablemente fumarán y tendrán que pasar años de su vida cuidando de mi enfisema pulmonar. Sé que suena muy dramático, pero créeme, mientras más ajustado a la realidad catastrófica lo hagas más claras tendrá tu mente las razones para cambiar. Ahora define a detalle todos los beneficios que tendrás al lograr la meta y como esto tendrá un impacto positivo en tu vida y en la de la gente que te rodea. Escribe aversiones y motivaciones tan a detalle como te sea posible que sea un escrito muy emocional será lo mejor.

¿Cómo defino la meta una vez que tengo claras aversiones y motivadores?

Primero: Debe ser una meta REALISTA, ALCANZABLE.

Segundo: Es más fácil si empiezas por lo más fácil. Puedes definir pequeñas metas fáciles de alcanzar que vayan encadenadas una a la otra de manera que vayas viendo una mejora importante. Por ejemplo, puedes empezar por ir al gimnasio una vez a la semana por un mes y el siguiente mes te propones ir dos veces, si logras la primera meta la segunda no la sentirás pesada.

Tercero: Céntrate en las conductas no en los resultados. Debes definir conductas concretas que quieres desarrollar. No es lo mismo pensar que quieres mejorar tu relación de pareja (resultado) que pensar que quieres hablarle cariñosamente a tu pareja (conducta esperada).

Cuarta: Define metas y conductas medibles. Definir tu meta con claridad te ayudará a mantenerte enfocado. Por ejemplo “Levantarme 15 minutos antes para correr 10 minutos” “Beber un litro de agua para antes de la hora de comer y otro litro para antes de acostarme” (incluso puedes marcar tu botella para que sepas cuanto debes tomar cada hora para llegar a tu meta, así haces metas más digeribles y las sentirás más cercanas)

En todo proceso de coaching sabemos que la clave está en definir muy bien el objetivo, ser capaces de visualizarlo y estar emocionalmente anclado a este.

2. REALITY

Define la realidad y los motivadores que fortalecen la conducta nociva:

Lo primero que tenemos que decir al respecto y lo remarco es que todo hábito tiene una razón que le resulta favorable a alguna parte de nuestra consciencia. ¡Si! Fumar es bueno según una parte de ti, tener 10 kilos de más también.

¿Qué? ¿Cómo es eso posible?

En algún momento de nuestras vidas, cuando adquirimos estos malos hábitos obtuvimos un beneficio. Por poner algunos ejemplos: Pertenecer a un grupo de amigos, ser leal al estilo de vida de mis padres, marcar mi diferencia en un grupo social, sentirme tranquilo o simpático o incluso evitar alguna otra conducta que consideramos nos pone en riesgo de alguna manera. En alguna ocasión leí un caso de una sesión de coaching de una mujer que no lograba bajar de peso, al revisar sus intenciones inconscientes ella se da cuenta de que al estar obesa resulta menos atractiva para los hombres y corre menos riesgo de serle infiel a su marido (conducta que ella deseaba evitar a toda costa). Una parte de ella obtenía un beneficio la seguridad de que no sería infiel. Es por ello que no lograba bajar de peso.

Así, lo que tenemos que hacer es descubrir por qué hago lo que hago, qué vacío lleno, qué pasa en mi mente que no me permite adquirir cierto hábito saludable. Si tienes un trabajo constante de autoconocimiento llegar a esta respuesta no te será difícil. Si por el contrario apenas te conoces, es probable que requieras un poco de apoyo para ello y esto será un detonador clave para cambiar tus pensamientos que te anclan en esa conducta nociva.

3. OPTIONS.

Define opciones. Una vez que tienes claras las conductas que quieres cambiar y que has planteado una meta alcanzable y has podido conocer tus motivadores detrás de tu mal hábito, puedes entonces definir opciones de hábitos o acciones concretas que te ayuden a lograrlo.

Eres lo que dices que eres.

Tenemos una tendencia fuerte a cumplir con las expectativas de los demás. Cuando decimos que no hacemos ejercicio, los otros esperan ver que nosotros no hacemos ejercicio y todo nuestro sistema hará que cumplamos con esa expectativa. Así que empieza a cambiar lo que dices de ti mismo.

Cambia el “Me cuesta mucho trabajo ir al gimnasio en la mañana” por un “Estoy empezando a ir al gimnasio dos veces por semana”

4. WILL

Define una estrategia para obtener los resultados que buscas.

Enfócate en lo que suple el mal hábito… no en quitar el hábito.

Ejemplo: No me enfoco en dejar de fumar, me enfoco en hacer un ejercicio de respiración cada vez que sienta la necesidad de fumar y bebo un vaso de agua.

• Define que acciones vas a llevar a cabo para suplir la conducta poco sana por una más saludable. Para ello habrás trabajado antes las razones por las que tienes ese mal hábito o las creencias que están detrás de ello.

• Un día a la vez: enfócate en lograrlo cada día, así lo sentirás más alcanzable. Recuerda partir la meta en pequeños logros alcanzables.

• Lleva un balance scorecard: Un tablero a la vista en donde monitorees tus avances te ayudará a mantenerte enfocado y motivado.

• Define una recompensa para tus logros y avances. La recompensa debe estar alineada con tu meta. No puedes tener de recompensa ir a los tacos el viernes cuando tu meta es comer más sano, pero podrías comprarte una prenda nueva que vaya con tu talla y te haga recordar porque estás haciendo lo que haces.

• Utiliza recordatorios que estén a la vista.

Contempla lo que puede salir mal: Se realista, ¿qué puede salir mal? ¿Qué saliendo del gimnasio tengas hambre y pases junto a la crepería y caigas en la tentación? Bueno pues entonces siendo realistas te llevas algo de comer y te lo comes antes de salir del estacionamiento para que pases junto a la crepería sin tanta hambre o cambias tu ruta a casa para no pasar por ahí.

• Si descubres que una estrategia no funciona, define porque y resuélvelo, no te tires al drama en el sillón de “soy un desastre”. Darte azotes tú mismo no te llevará a tu meta.

Si quieres una idea más clara para cambiar tus hábitos escríbenos y pregunta por las sesiones de coaching para cambio de hábitos. Te llevaremos de la mano para lograrlo.

contacto@coachingaltonivel.com

www.coachingaltonivel.com

Iria Rodríguez Suárez. Consultora en desarrollo organizacional, liderazgo y habilidades gerenciales, con más de 14 años de experiencia en el manejo de recursos humanos y desarrollo de talentos.
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