Claudia Sandoval Rojas y Allison Torres Vargas tienen en común muchos aspectos de sus vidas. Dentro de esa lista de similitudes se encuentra la edad (21 años), el colegio de donde provienen (Saint Clare), su centro de estudios actual (Universidad de Costa Rica), algunos de sus gustos o pasatiempos (como el amor por el estudio) y además el hecho de mantener una relación positiva que en 2013 se consolidó en una amistad.
Ali y Clau (cómo le llaman los seres más cercanos a ellas), también comparten diferencias en cada una de sus áreas de vida. El área que es actualmente la más importante para ambas, es la relacionada con el ámbito académico, sin embargo cada una estudia carreras totalmente distintas y deben realizar diferentes sacrificios diarios para poder llegar a la meta de formarse como profesionales.
Amor por el arte
Desde su infancia Claudia tuvo un talento y vocación con dirección hacia las artes. En la escuela del Saint Clare fue condecorada en múltiples ocasiones por exponer dibujos y cuadros a sus solo siete años. A los doce años escribió una canción y la interpretó en el paseo de despedida de sexto grado y posteriormente en el colegio ingresó a cursos de artes plásticas y canto lírico.
En 2011 cuando cumplió quince años pidió a sus papás que como regalo se le concediera la oportunidad de viajar a un campamento de verano organizado por la New York Film Academy que se dio acabo en el famoso quartier artístico/bohemio parisino: Montmartre.
Después de su viaje Claudia volvió con mucha motivación para estudiar artes dramáticas una vez que concluyera sus estudios de bachillerato. No obstante, durante décimo y undécimo año visitó The Juilliard School y Berklee College of Music causando que sus sueños aumentaran aún más.
Al concluir sus estudios de colegio, con ayuda del aumento de su madurez, del poder de decisión y el análisis completo de su futuro, Claudia decidió quedarse en nuestro país para estudiar la carrera de artes plásticas con énfasis en diseño pictórico en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica, en donde luego de diversas pruebas de talento fue gratamente aceptada.
Actualmente cursa el cuarto año de carrera.
A Claudia, quien vive en Montes de Oca, le quedó perfecto el hecho de vivir sumamente cerca de su centro de estudios y desea que al concluir la licenciatura pueda viajar al país de donde viene toda su familia materna (Argentina) y comenzar a radicar en Buenos Aires para ejercer su profesión artística, debido a que considera que en Costa Rica no hay una alta demanda de campos laborales en su área profesional.
La salud es primero
Allison posee una vocación totalmente distinta en donde lo más importante para su futuro es la salud de los pacientes y el sentimiento que le genera poder ayudar a que las vidas de muchas personas mejoren.
Desde que tenía 5 años le pedía a su mamá "juguetes de médico" para poder imaginar que curaba a sus peluches y soñar que aquella habitación se convirtiera en un hospital.
Al concluir los estudios de bachillerato Allison concursó para tener un cupo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica, sin embargo, el resultado no fue el requerido y su vida dio un giro cuando tuvo que entrar al Tecnológico Costarricense en ingeniería de salud ocupacional para empezar a llevar materias que después podría convalidar en el año de "Estudios Generales".
Por suerte, Allison volvió a intentarlo y felizmente en 2015 logró ingresar a la Universidad de Costa Rica, sin embargo, durante ese tiempo Allison logró darse cuenta de que su verdadera vocación era la relacionada con la enfermería.
Esto sucedió, debido a que Allison presentó una grave bacteria e infección en una de sus piernas a causa de una cortada hecha por un jet ski acuático contaminado en una playa de Guanacaste.
Esto hizo que tuviera que recibir una serie de terapias y limpiezas médicas realizadas por una enfermera que según ella misma relata: le cambió la vida. Dicha enfermera asistía y prácticamente vivía bajo el mismo techo de Allison y su mamá durante muchos meses, lo cual le ayudó a inspirarse de una gran forma en su carrera.
No todo es color de rosa
Claudia y Allison han pasado por momentos muy duros en su vida. Claudia por su parte ha tenido que colaborar familiarmente en el proceso de recuperación de su mamá, Alba, quien ha sufrido de múltiples operaciones a cráneo abierto a causa de un tumor cerebral y actualmente no tiene movilidad en la mitad de su cuerpo.
Esto hace que a Claudia se le dificulte hacer muchas cosas debido a que debe cuidar y colaborar con su mamá y hermana menor ya que su padres se divorciaron en el año 2012.
Allison pasó por su enfermedad que hasta el momento le ha generado secuelas y cicatrices. Además para ella otro de sus golpes de vida fue el hecho de no lograr iniciar desde 2014 sus estudios y atrasarse un año por culpa de los aspectos porcentuales de la UCR.
Al ser hija única, Allison y su mamá han tenido que superar muchos problemas solas, debido a que el papá de Allison no vive con ellas desde el 2005. Uno de los problemas más graves ha sido el económico. Esto también ha causado que Allison deba transportarse en buses desde Tejar del Guarco en Cartago hasta la UCR todos los días, generando que se deba levantar a las 3:15am para poder llegar a tiempo.
¡FUERZA!
A pesar de todo lo duro que les ha sucedido, Allison y Claudia se mantienen fuertes ante todo lo que pasa y siempre mirando hacia adelante con amor por su carrera y dispuestas a superar sus sacrificios.
Múltiples amistades y familiares han ayudado a ambas a salir adelante. Incluyendo el Saint Clare, en donde Melba, la madre de Allison trabaja como contadora y encargada de cajas. Dicho colegio le colaboró a Allison y su mamá durante su desarrollo académico.
"La clave está en confiar en Dios"
Ambas tienen una fe católica muy marcada que dicen las ha ayudado a seguir y a sentirse felices con sus vidas y con el amor a su vocación.
A pesar de las diferencias y similitudes que tienen Claudia y Allison buscan oportunidades para continuar con su amistad y sobre todo para ver cómo está cada una.