Cuando uno piensa cerrar círculos, piensas en ver al ex y cortar formalmente. Hay veces que ni necesitas ver a la persona para cerrar ese círculo vicioso.

Muchas veces no cooperamos con el universo o en la vida insistiendo, nos pasamos mucho rato, quedándonos en relaciones toxicas, o que ya no queremos estar porque nos da nada o muy poco.

La vida es un ciclo continuo, tal como las estaciones del tiempo. Vivir una ruptura es como aquel invierno frió pero, sabemos que debajo de toda esa nieve nacerá un nuevo tiempo.

Muchas veces la vida te da las personas que tu no quieres, SI NO LAS QUE NECESITAS, y por eso que tenemos las personas en nuestra vida que nos maltratan, nos terminan, que nos aman, pero todas aquellas pasan por una razón. Y Como dice una frase que no importa que pierdas todo mientras no pierdas la Lección.

Preguntarnos a nosotros mismos y abrirnos a ¿Que me espera más adelante en camino?, ¿Que necesito aprender? ¿Qué idea me está frenando y no me permite continuar? Es necesario Tomarse el tiempo de ordenar las ideas y saber que quiero, y que no.

Es posible renunciar con alegría, SÍ, si recordamos que como parte de la naturaleza que somos, vamos en evolución y adaptarnos al cambio es parte de nuestra condición natural.

Podemos ver ejercicios que hacen los budistas, la ceremonia de disolución del mándala Los Mandalas de Arena son una tradición budista tibetana que simboliza la transición natural de las cosas.

Los mandalas están hechos con arena de colores, antiguamente para la preparación de los polvos se utilizaban piedras semi-preciosas, se utilizaba el lapislázuli para el azul, los rubíes para el rojo, esmeraldas para el verde, etc. En la actualidad se preparan con polvo de mármol teñido y en ocasiones con fina arena blanca de playa.

Cuando la construcción de un mandala de arena se termina, se agradece, se hace una dedicación para la sanación del planeta y sus habitantes, y al finalizar se recoge la arena cumpliendo con dos propósitos fundamentales: primero, demostrar la impermanencia de los fenómenos (tarde o temprano todo se termina y el apegarnos a lo efímero sólo nos trae sufrimiento); que como pasa en la naturaleza y a la mortalidad de las cosas, el ser humano tiene una fantasía de creer que todo debe ser permanente.