Los elefantes son piezas clave en el ecosistema. Actúan como los jardineros, ingenieros y arquitectos de muchos hábitats. Se trata de una especie que juega un papel importante en el mantenimiento y el equilibrio de la estructura de una comunidad ecológica. La pérdida de los elefantes significaría que todas las interacciones biológicas y, los procesos de los ecosistemas en los que están involucrados, también se perderían.
Los elefantes dispersan las semillas comiéndolas, las transportan y luego las suelta a través por sus excrementos. El tamaño de su cuerpo y su dieta, con alto consumo de fruta, los hacen particularmente importantes en la difusión de semillas. Los elefantes del bosque africano dispersan las semillas intactas más que cualquier otro animal del bosque africano. Ellos también son responsables de la difusión a distancias más largas de las semillas. En un estudio, se descubrió que los elefantes dispersan semillas sobre 57 kilometros, mientras que la mayoría de los animales sólo difundieron semillas a unos cientos de metros de distancia de la fuente. Los elefantes son capaces de rejuvenecer algunos hábitats debido a que constantemente transportan muchas especies diferentes de semillas, y hacerlo en grandes distancias.
El estiércol proporciona nutrientes a los suelos, actúan como fertilizantes. Es rico en minerales y muy fibroso, aproximadamente el 50% de lo que comen los elefantes, se digiere. Proporciona una fuente importante de alimento para otras especies, e incluso un hábitat adecuado para su subsistencia.
Los elefantes proporcionan agua para otras especies. En los desiertos africanos, recorren kilómetros en busca de agua y recuerdan de los puntos en los que cavan pozos. Este pozo, permite beber a otros animales.
Los elefantes empujan los árboles, extraen su corteza y se alimentan de sus ramas. Cambian los bosques, pasando por ellos hacen sabanas abiertas, donde se forman pastos para docenas de especies. Después crecen matorrales, agradables para el hábitat de una gran cantidad de animales.